Gley Nogueira Fernándes Gurjão
Nos proponemos el siguiente plan de trabajo:
1) Examen general de un grupo de individuos normales hipoacusicos de diferentes edades y sexos.
2) Audiometría por respuestas evocadas, en las frecuencias de 500, 1000, 2000 Hz.
3) En la obtención de las respuestas evocadas, utilizaremos como estímulo el “tone Burt”, que sufrirá variaciones en sus tiempos de ascensión, descenso y duración.
4) El número de estímulos empleados, será el necesario para obtener una respuesta suficientemente nítida.
5) El ritmo de presentación de los estímulos variará también con el de conseguir una mejor respuesta.
6) Las respuestas obtenidas, serás clasificadas en tres grupos. Los dos primeros, estarán constituidos por las respuestas que puedan ser interpretadas por la observación del registro gráfico. El tercer grupo, por los que necesiten además del registro gráfico, seguir la realización del examen.
7) Para cada sujeto examinado, consideramos para efecto de estudio, las respuestas en cada frecuencia examinada y en la misma frecuencia, aquellas que hayan sido evocadas por estímulos diferentes en su tiempo de ascenso y descenso, duración ritmo de presentación y número de estímulos.
8) Análisis de los resultados.
Para llegar al estado actual de la exploración funcional auditiva, pasamos por diferentes estadios. Cada uno de estos, complementa al anterior sin sustituirlo totalmente. De modo que los tests de que disponemos hoy, son la suma de los conocimientos anteriores.
Esta rama de la otología tiene como marco inicial el descubrimiento de la transmisión de la onda sonora por vía ósea (ondas Cardan), por el filósofo y matemático Cardano en 1550. Dichas ondas fueron primeramente utilizadas por el médico Capavacci, que por ese medio diagnosticaba las hipoacusias de transmisión y percepción.
Con el descubrimiento del diapasón por Jhonn Shors en 1711, se inicia el período de acumetría instrumental, quién legó las bases fisiológicas y sistematizó la actual audiometría (sistematización de los test de Rinne, Weber, Schwabach, silbado de Galton, Monorcadio Struyenken, ensordecedor de Barany, son ejemplos).
Cuando Bell descubrió el auricular telefónico en 1876, se hizo posible la construcción de los primeros audiómetros (Hartman en Alemania y Bleyth en Inglaterra).
La introducción de la audiometría radio-eléctrica, permitió que los diagnósticos de las hipoacusias, que hasta entonces tenían mayor significado cualitativo, pasaron a tener el mismo valor cuantitativo.
Fowler (1928), consiguió estudiar los disturbios de sensación de intensidad por la observación del fenómeno que denominó “recuperación” o “recruitment” ello permitió formular el diagnóstico de enfermedades localizadas en el “órgano de Corti”, ampliando las posibilidades del diagnóstico topográfico.
Con estos diferentes tipos de aparatos y tests ideados, el audiometrista se ha capacitado para formular: Diagnóstico (cualitativo, cuantitativo y topográfico), pronóstico y tratamientos de la gran mayoría de los enfermos.
Cuando el examinador se encuentra frente a niños, ancianos, débiles mentales, simuladores, disimuladores, el factor subjetividad toma mayor importancia. Innumerables intentos han sido realizados para eliminarlo.
El advenimiento de la era de los computadores, posibilitó el registro y análisis de datos que ahora están siendo utilizados para realizar una audiometría objetiva.
De estos, surgió la “audiometría por respuestas evocadas” (ARE), que presenta interés científico, no solo por el hecho particular de ser un examen objetivo de la función auditiva, sino por ofrecer nuevas posibilidades de diagnóstico topográfico, auxilio directo a la cirugía otológica, indicación y control de la rehabilitación de sordos, diagnóstico precoz, medicina legal, etc., siendo el primero de los exámenes de la función auditiva que podrá, en un futuro, substituir a los demás y no únicamente complementarlos.
Innumerables trabajos han sido realizados, procurando cada vez más, ampliar el campo de utilidad de ARE. A pesar de todo, continua existiendo discordancias en uno de sus puntos básicos: “características del estímulo sonoro a emplear, hacia la obtención de una respuesta evocada lo más nítida posible (duración, frecuencia, tiempo de ascensión, número de estímulos y ritmo).
Cada examinador utiliza un patrón distinto sin depender de normas preexistentes.
Por las razones expuestas, creemos oportuno realizar una revisión y evaluación de estos diferentes patrones, con el fin de encontrar cuales son los valores que proporcionarían mejores respuestas evocadas, facilitando de este modo, la interpretación de los distintos tests empleados dentro de esta nueva técnica audiométrica.
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