El carbono de la biomasa vegetal es el soporte de la energía que la biosfera almacena continuamente. La preocupación social por la destrucción de bosques y la quema de combustibles fósiles tienen que ver con el agotamiento de esta energía y la liberación de carbono oxidado a la atmósfera. El carbono debe ser absorbido por los océanos y los continentes, pero la importancia relativa de cada uno de estos sumideros, tanto su distribución geográfica como los mecanismos implicados, no han sido fáciles de cuantificar por el momento. En este marco, los sistemas pastorales proporcionan datos novedosos de gran interés.
La novedad de estudiar las interrelaciones comentadas en sistemas de pastizal mediterráneos es evidente, pudiendo compararse con otros sistemas homólogos, como los tropicales, para los que se ha sugerido ya un papel importante como sumideros de carbono.
El presente estudio dedica buena parte de su atención a comparar la biomasa subterránea y aérea acumulada en los pastizales en diferentes condiciones ambientales. Se consideró un gradiente natural de disponibilidad hídrica, tanto altitudinal -variación de humedad y temperatura- como geomorfológica -zonas de exportación y acumulación en laderas situadas en el gradiente-. En las situaciones que se han contemplado el pasto es objeto de consumo tradicional por herbívoros y se ha simulado además el abandono inicial de éste por exclusión experimental del ganado en todas las posiciones altitudinales y geomorfológicas estudiadas. En los pastizales considerados en el presente estudio la biomasa acumulada aumenta con la disminución del estrés hídrico, llegándose a registrar más de 50 t/ha. La biomada subterránea representa la principal reserva del carbono acumulado en el comportamiento vegetal, llegando a constituir el 90% de la biomasa vegetal. Más del 80% de esta biomasa subterránea se encuentra en los primeros 10 centímetros del suelo.
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