El estudio se realizó en catorce mujeres postmenopaúsicas pertenecientes a una comunidad religiosa con una dieta y estilo de vida homogéneos. Se evaluó el efecto de tres dietas en las que el aceite supuso aproximadamente el 68% de la ingesta grasa total. Los aceites ricos en ácido oleico procedían de distintas fuentes: aceite de oliva virgen "extra" (OV), aceite de girasol con alto contenido en ácido oleico (GO) y oleína de palma (OP). El empleo de ésta última supuso la sustitución en la dieta de aproximadamente un 10% del total energético de ácido oleico por ácido palmítico.
Se evaluó el estado nutricional del colectivo, el efecto de las tres dietas sobre la agregación plaquetaria y trombogénesis y la incidencia que sobre ellas tiene el colesterol y la peroxidación del suero.
La existencia de componentes minoritarios en el OV junto con una concentración ligeramente menor de ácido linoleico, disminuyó la agregación plaquetaria frente al período GO. Este último aceite mostró a su vez un mejor comportamiento que la OP en cuanto a agregación plaquetaria, pero no modificó de forma significativa el índice trombogénico. El nivel de peroxidación fué menor durante el período OP.
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