Debido a la necesidad que tienen las empresas no sólo de intercambiar su información entre sí, sino también de hacerla accesible al mayor número de clientes posibles, por ejemplo a través de la Web o de terminales móviles, es imperativo codificar dicha información siguiendo una serie de pautas, Por una parte, la codificación debe ser compatible con todos los sistemas informáticos para garantizar su legibilidad. Además debe ser verificable para comprobar que su estructura sea correcta. Por otra parte, no debe haber una pérdida semántica, es decir del significado de la información. Por último, debe ser fácilmente transformable, con el objeto de poder convertirla a otros formatos. Todos estos requisitos han hecho de XML un estándar para la codificación de la información, ya que cumple con todas estas necesidades.
Por ello, las empresas requieren cada vez más, que su información se represente en este formato. Este es el motivo por el que recientemente han surgido nuevos modelos de bases de datos que complementando a los ficheros XML y a las tradicionales bases de datos relacionales, permiten ya el almacenamiento de información en XML: las bases nativas XML y las bases de datos relacionales habilitadas para XML.
Actualmente, las empresas se encuentran con su información distribuida entre diferentes fuentes heterogéneas, que por supuesto utilizan distintos lenguajes de acceso y están en diversos formatos. Todo esto dificulta enormemente no sólo la consulta de la información, sino también su obtención en formato XML.
Existen numerosos trabajos y estudios que proponen soluciones a este problema: la consulta y obtención de información en formato XML. Sin embargo, dichos trabajos se centran exclusivamente en la transformación a XML de la información residente en bases de datos relacionales. Como anteriormente se ha expuesto, esto no es suficiente. Se requiere integrar datos de distintas fuentes, teniendo en cuenta que pueden ser de dist
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