De los estudios de las causas de muerte de los corderos se extrae que los planes sanitarios deben recoger, al menos, el control de la alimentación de las madres durante el preparto, pues condiciona de manera importante el peso del cordero al nacimiento y el resto de factores como la producción de calostro, favorecer el comportamiento maternal, etc¿ Por otro lado, debemos implantar planes preventivos encaminados a reducir los problemas relacionados con la falta de leche. Además, mantener las vacunaciones frente a enterotoxemia y realizarlas cercanas al parto. También deberán recogerse en estos planes medidas para evitar la fatiga de explotación. Por último, entender que las necesidades ambientales de los corderos varían a lo largo de su vida y pueden requerir alojamientos diferentes para cada fase de la misma.
El empleo de la necropsia como herramienta de estudio epidemiológico es fundamental. En el estudio, el complejo respiratorio ovino (CRO) representó la principal fuente de muertes, además afectó a corderos de más edad, lo que permite plantear planes preventivos sobre los mismos. Esto planes deben contar con el control de los factores comentados en el párrafo anterior. Sin embargo, en ocasiones, realizar la necropsia de todos los corderos resulta imposible, por lo que, el empleo de la edad del cordero el día de la muerte como indicador de la causa de muerte puede resultar útil. En este sentido la aplicación del modelo propuesto de rangos de edad permitió, en el estudio, clasificar correctamente el 77,1% de las bajas debidas al CRO.
El CRO tiene distintas etiologías y formas lesionales. De ellas las formas agudas que estuvieron asociadas a la presencia de Mannheimia haemolytica (MH) y Pasteurella multocida (PM) fueron las más frecuentes y más relacionadas con las muertes por CRO. Las formas crónicas se asociaron con la presencia de PM y Mycoplasmas (My). Por otro lado, los agentes etiológicos variaron a lo largo de la vida del cordero. Así, la importancia de los cultivos puros de MH disminuyó conforme aumentó la edad del cordero y de manera inversa los cultivos puros de PM incrementaron su importancia. Además, en la mayoría de los casos más de un agente se vio implicado. La existencia de estos cultivos mixtos reduce la eficacia en el uso de terapéutica antibiótica y recomienda el uso de la prevención vacunal. También se observó la asociación entre My y PM lo cual pone de manifiesto la complejidad de la etiología del CRO.
Estos han sido los primeros datos publicados sobre los serotipos de Pasteurella haemolytica presentes en España. La presencia de hasta 8 serotipos de MH y 3 de Bibersteinia trehalosi (BT) presenta implicaciones prácticas en la elección de vacunas frente al CRO. Dentro de los serotipos de MH, A2 fue el más frecuentemente aislado y fue el único serotipo de MH aislado de formas sobreagudas. Además, los serotipos de BT fueron aislados tanto de formas agudas como sobreagudas, sin embargo, T4 fue aislado principalmente de formas sobreagudas y el grupo T3-T15 de formas agudas. El control mediante vacunas basadas en proteínas de membrana resulta muy complicado, ya que, la protección cruzada en este tipo de vacunas es escasa. Por ello, la prevención mediante vacunación debe ser llevada a cabo con vacunas que contengan todos los serotipos presentes en España o bien emplear vacunas basadas en otro tipo de antígenos.
Con todo ello se propone un plan de prevención integral que debe tener en cuenta la alimentación de las madres en el preparto, la separación de las hembras primíparas durante el preparto y la separación de los partos dobles y múltiples tras el parto. Además, varias cuestiones relacionadas con las instalaciones deben ser tenidas en cuenta. Se debería disponer de diferentes instalaciones de acuerdo a la época del año y el momento productivo de los animales. Durante el periodo preparto y hasta los 28 días de vida en épocas frías las naves de tipo cerrado serían preferibles. Sin embargo, durante épocas calurosas o en el periodo postnatal las naves de tipo abierto son las más indicadas. Cabe la posibilidad de emplear cortinas cortavientos en las naves de tipo abierto durante las épocas de riesgo. Por último, en los aspectos sanitarios la vacunación frente a enterotoxemia se debería aplicar cercana al parto evitando la vacunación en masa del rebaño. Por otro lado, planes específicos para el control de mamitis clínicas y subclínicas, que provocan falta de producción lechera de las hembras, deben ser implementados. En el caso del CRO varía cuestiones como el momento de presentación y la falta de transmisión de defensas madre-cría hacen que la prevención deba ser llevada a cabo directamente sobre el cordero. Sin embargo, la vacunación debe ser lo más cercana al parto posible pues como hemos visto lesiones de CRO estaban presentes desde primeras edades. En cuanto a la elección de vacunas debemos tener en cuenta que el uso de bacterinas basadas en proteínas de membrana van a ser poco útiles debido al alto número de serotipos presentes y la escasa inmunogenicidad del serotipo A2, más frecuente de los serotipos de MH. Por esto, el empleo de vacunas con otro tipo de antígenos es recomendable.
Además, la reducción del número de partos y por lo tanto, la reducción de la intensificación reproductiva del rebaño puede ser una opción en situaciones en las que el control de la mortalidad mediante este tipo de planes no sea el deseado.
El estudio espera haber contribuido a esclarecer los factores relacionados con la mortalidad de los corderos y a reorientar los planes sanitarios para evitarla. En este sentido, se hace una propuesta hacia planes sanitarios integrales que sustituyan a los actuales basados exclusivamente en la prevención de patologías infecciosas. La sostenibilidad de las explotaciones necesariamente debe incluir como objetivos primordiales el bienestar de los corderos y la rentabilidad de las mismas y para ello cambios en los planes sanitarios son necesarios.
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