Durante el Periodo Paleógeno, que abarca los primeros 41 millones de años de la Era Cenozoica, el clima terrestre experimentó continuos cambios. De un clima cálido sin casquetes de hielo en los polos, se pasó a un clima más frío y heterogéneo con casquetes polares en el Oligoceno. A estos cambios graduales de escala global se les superpusieron otros eventos más rápidos y de menor magnitud, siendo el más prominente el que tuvo lugar durante el límite Paleoceno/Eoceno, al que se le conoce como el Máximo Térmico del Eoceno Inicial (IETM), durante el cual las temperaturas globales fueron extremadamente altas. Dada la singularidad del Paleógeno y tratando de aplicar los datos micropaleontológicos a la solución de problemas cronoestratigráficos, se han seleccionado varios bioeventos en diferentes secciones para analizarlos por medio de los pequeños foraminíferos bentónicos: El límite Daniense/Selandiense (Paleoceno inferior/superior) en la sección de Zumaya (Pirineo vasco-cantábrico; el límite Thanetiense/Ypresiense (Paleoceno/Eoceno) en la sección estratotípica de Dababiya (Egipto), el límite Ypresiense/Luteciense (Eoceno inferior/medio) en la sección de Fortuna (Béticas) y el límite Priaboniense/Rupeliense (Eoceno/Oligoceno) en la sección de Fuente Caldera (Béticas).
Se ha elegido el grupo de los foraminíferos bentónicos por ser uno de los principales componentes de las comunidades marinas, muy sensibles ambientalmente y por ser los organismos bentónicos más abundantes en el registro fósil. Así, se ha realizado una exhaustiva revisión taxonómica, reconociéndose más de 450 taxones de pequeños foraminíferos bentónicos de los que se han seleccionado 203 para analizarlos en detalle, comparándolos cuando ha sido posible con el material-tipo.
El estudio cuantitativo de las asociaciones de foraminíferos bentónicos de cada nivel estratigráfico estudiado, ha permitido establecer estadios cuantitativos y ecozonas, así como ob
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