La preeclampsia (PE) es un trastorno hipertensivo del embarazo definido como la aparición de hipertensión y proteinuria a partir de la semana 20 de gestación. Constituye un problema de salud de primera línea debido a su elevada incidencia (5-10%) y a la importante morbi-mortalidad materna y fetal, especialmente en los casos que debutan antes de las 34 semanas de gestación (PE precoz) que en las que lo hacen posteriormente (PE tardía). Aunque el diagnóstico inmediato de la PE es crucial para minimizar el desarrollo de complicaciones, éste se basa en datos clínicos y de laboratorio que son inespecíficos y no siempre correlacionan con la gravedad de la enfermedad. Por ello, es necesario el desarrollo de nuevos biomarcadores que solventen estos problemas y que resulten de ayuda en la toma de decisiones clínicas.
El objetivo principal de esta Tesis Doctoral ha sido evaluar el papel de los marcadores reguladores de la angiogénesis (factor de crecimiento placentario, PlGF; forma soluble de la tirosina quinasa-1, sFlt-1 y cociente sFlt-1/PlGF) y de un marcador cardiovascular (fragmento amino-terminal del pro-péptido natriurético tipo B, NT-proBNP) en comparación con los marcadores clásicamente utilizados (transaminasas y ácido úrico) en el diagnóstico de la PE precoz y tardía, y en el pronóstico de desenlace adverso, entendido como parto inminente en la primera semana post-ingreso o muerte fetal o neonatal. Además, se ha analizado la capacidad de los marcadores bioquímicos fracción beta libre de la gonadotropina coriónica humana (¿hCG) y proteína plasmática A asociada al embarazo (PAPP-A) en el cribado de la enfermedad durante el primer trimestre de gestación. Finalmente, se ha estudiado la existencia de una posible relación entre la PE y la deficiencia de vitamina D determinada en diferentes momentos del embarazo.
Se llevó a cabo un estudio retrospectivo de cohortes en el Hospital Universitario Central de Asturias en el que se incluyeron 340 gestantes que acudieron al Servicio de Urgencias obstétricas con signos y/o síntomas de PE. Se determinaron las concentraciones séricas de los marcadores de estudio y se realizó una revisión de las historias clínicas, recogiendo variables relativas al momento del ingreso en Urgencias y al parto, entre ellas, el desarrollo de PE o de desenlace adverso. Se clasificó a las gestantes en función de la edad gestacional al ingreso en <34 y >=34 semanas de gestación, para analizar el rendimiento de los marcadores en la PE precoz y tardía, respectivamente.
El cociente sFlt-1/PlGF demostró ser el marcador de mayor utilidad en el diagnóstico de PE precoz y tardía, de manera que los puntos de corte de 23 y 45, respectivamente, ofrecieron mayor sensibilidad que la obtenida con los marcadores utilizados actualmente en la valoración de la gestante con sospecha de la enfermedad, como el ácido úrico o las transaminasas. Sin embargo, el NT-proBNP demostró una utilidad limitada en el diagnóstico de PE, ya que no logró superar la sensibilidad y especificidad mostradas por el ácido úrico. Además, tanto el cociente sFlt-1/PlGF como el NT-proBNP resultaron útiles en la identificación de gestantes con riesgo de desenlace adverso que acudieron a Urgencias Obstétricas antes de las 34 semanas de gestación, ya que los respectivos puntos de corte de 178 y 219 pg/mL, permitieron detectar los casos de parto inminente en la primera semana tras el ingreso, muerte fetal o muerte neonatal con elevada especificidad. Por otra parte, aunque se encontraron concentraciones séricas de PAPP-A disminuidas en las gestantes que posteriormente desarrollaron PE precoz, el uso de este biomarcador de manera aislada no parece útil en el cribado precoz de la enfermedad. Finalmente, se detectó una asociación entre la deficiencia de vitamina D en el momento del ingreso en Urgencias y el desarrollo de PE tardía, aunque no de PE precoz.
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