En la enfermedad de Alzheimer, se ha descrito mutaciones en diferentes genes que ocasionan por sí mismo la enfermedad. Sin embargo, en la mayoría de los casos no existen mutaciones, siendo susceptibles a la acción de otros genes de expresión polimorfa en la población, que cuando se sobreexpresan en la población de pacientes respecto a la control pueden ser considerados como un factor de riesgo genético.
La teoría de la cáscada amiloide postula que el acúmulo de beta-amiloide es un hecho fundamental en el inicio y desarrollo de la enfermedad. Este aumento del b-amiloide, provocaría una activación de astrocitos y microglia con liberación de citocinas, implicadas en la neuroinflamación; pero por otra parte tendeía una neurotoxicidad directa sobre las neuronas a través de alteraciones en la homeostasis del calcio intracelular, ocasionando lesión oxidativa. El resultado final de ambos mecanismos es la pérdida progresiva de neuronas y aparición de los síntomas clínicos de la demencia.
En base a estos mecanismos patogénicos, se ha diseñado un estudio caso-control, que incluía a 311 pacientes con EA probable según criterios de la NINCDS/ADRDA y 346 personas controles sin demencia con las mismas condiciones epidemiológicas de sexo, raza, edad y localización geográfica. En ambas poblaciones se han estudiado los polimorfismos de: catepsina D (proteína implicada en el aumento de la producción de beta-amiloide), Receptor de la apolipoproteina E (receptor implicado en la producción y eliminación del b-amiloide), interleucina 1-A (citosina asociada a la neuroinflamación) y oxido nítrico sintetasa (enzima implicada en la producción de oxido nítrico) como factores de riesgo genético. Los resultados se han comparado con los descritos en la literatura.
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