Se administro rhGM-CSF a pacientes con leucemia mieloblastica aguda en la fase de aplasia posterior al trasplante autologo, observandose una recuperación granulocitaria más precoz, y una reducción de la incidencia de infecciones y de mortalidad infeciosa. En los estudios de laboratorio para valorar los posibles cambios inmunes, se observó un incremento de la actividad citotóxica no restringida al complejo mayor de histocompatibilidad, una recuperación acelerada de la subpoblación CD4, y un descenso de la producción de factor de necrosis tumoral y de interferon-g atribuibles al tratamiento. También se evidenció una relación entre el nivel de actividad citotóxica alcanzado y el riesgo de recaidas leucémicas.
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