El síndrome metabólico constituye un problema clínico y de salud pública de primer orden, que afecta hasta un 25% de la población española, y se caracteriza por la presencia de obesidad, glucemia basal alterada por progresiva resistencia a la insulina, elevación de la presión arterial, y un estado proinflamatorio sistémico, que se asocia con dislipemia aterogénica y una elevación del estrés oxidativo celular. Sin embargo, dada la diversidad de formas clínicas y evolutivas se desconoce si el desequilibrio entre moléculas plasmáticas inflamatorias y de regulación endocrino-metabólica constituye un trastorno funcional común a todos los pacientes con síndrome metabólico, y si es o no condición disfuncional imprescindible en la aparición de otros trastornos orgánicos secundarios como son los cardiovasculares.
El presente proyecto planteó como hipótesis que la concentración plasmática de proteínas inflamatorias y de regulación endocrino-metabólica podría permitir la subclasificación de pacientes con síndrome metabólico, e indicar precozmente el riesgo de daño cardiovascular, constituyéndose en biomarcadores de interés en el diagnóstico y respuesta a la terapéutica.
El estudio comprendió una base de datos con parámetros fisiopatológicos de daño orgánico obtenidos por procedimientos no invasivos y de laboratorio, y moleculares obtenidos mediante determinación por el procedimiento de multiplex de Luminex, de un panel de moléculas solubles que regulan la inflamación y el metabolismo.
Los resultados obtenidos demostraron que los niveles plasmáticos de los principales biomarcadores de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica permitieron distinguir subpoblaciones de pacientes con Síndrome Metabólico de distinto perfil fisiopatológico y de lesión orgánica, que sugieren mecanismos patogénicos diferentes para la misma enfermedad, con independencia de su estadio de evolución. Entre los subgrupos encontrados hubo un Subtipo I, con ausencia de correlación entre sus parámetros clínicos y sus niveles plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica, bien sea con biomarcadores plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica elevados, pero apenas cambios clínicos, o al revés, con apenas cambios en sus biomarcadores plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica, pero notables alteraciones clínicas en cuanto a sus niveles de resistencia a la insulina y de lesión orgánica. Hubo un Subtipo II, que mostró una buena correlación entre parámetros clínicos y biomarcadores plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica. Igualmente se objetivó que la relación entre biomarcadores plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrinometabólica no siempre fue lineal, pudiéndose también subclasificar los pacientes en tres grupos: un primer grupo mayoritario, con niveles similares de ambo tipos de proteínas, y otros dos subgrupos donde biomarcadores plasmáticos de inflamación y de disfunción endocrino-metabólica fueron discordantes entre ellos. Al estudiar las correlaciones clínicoanalíticas directas e inversas en estos dos últimos subgrupos se evidenció que en el grupo Resumen xvi con biomarcadores plasmáticos de inflamación elevados y de disfunción endocrinometabólica bajos hubo casi la mitad de correlaciones estadísticamente significativas entre biomarcadores moleculares y signos clínicos de Síndrome Metabólico que en el subgrupo con biomarcadores plasmáticos de inflamación bajos y de disfunción endocrino-metabólica altos, sugiriendo que en este segundo grupo podrían haber concurrido patologías inflamatorias agudas no detectadas en este estudio.
Esta subclasificación de pacientes con Síndrome Metabólico sugiere la existencia de mecanismos patogénicos diferentes en el proceso por el que las alteraciones moleculares inflamatorias y endocrinas intervienen en la disfunción del metabolismo glucídico, que conduce a la resistencia a la insulina, y a la progresiva aparición de lesiones orgánicas del sistema cardiovascular. Por último, el presente estudio confirma estudios anteriores sobre la importancia de la inflamación en la patogenia del Síndrome Metabólico y demuestra que los biomarcadores plasmáticos de inflamación más relacionados con los signos clínicos de Síndrome Metabólico fueron las molecular solubles de adhesión vascular ICAM-1 y VCAM- 1, sugiriendo que la disfunción endotelial producida durante el desarrollo del Síndrome Metabólico pudo ser determinante en la evolución de la enfermedad, y que la inhibición de tales moléculas podría representar una nueva vía de abordaje terapéutico para los pacientes con síndrome metabólico.
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