Resumen Los cambios ambientales generalizados y profundos observados en el planeta a lo largo del último siglo, han puesto de relieve la necesidad urgente de conocer y cuantificar las influencias recíprocas entre los seres humanos y la naturaleza. Los cambios denunciados como ‘crisis ambiental’ desde los años 60 se perciben hoy como un acelerado y preocupante ‘Cambio Global’, que implica una modificación seria de la dinámica de las masas fluidas del Planeta (cambio climático) y una veloz transformación de las relaciones de las sociedades humanas entre sí y con el ambiente biofísico (cambio socioeconómico) (Pineda et al., 2017). Los cambios en los usos y coberturas del suelo (UCS) representan el mayor efecto primario o impulsor directo de los seres humanos sobre los sistemas naturales (MEA, 2005; Arnaiz-Schmitz et al., 2018a). Estos cambios generan procesos relevantes, tales como la fragmentación y pérdida de hábitats, principales amenazas para la conservación de la biodiversidad y la generación de los servicios de los ecosistemas (SEs) (Martín-López y Montes, 2011). La propia desigualdad y la acentuación de la pobreza de muchas sociedades humanas entre otros procesos ambientales bien documentados sobre desestabilización a escalas regionales y planetaria se relacionan actualmente con estos cambios globales (Turner et al., 1990; Steffen et al., 2015). Todo este complejo proceso explica, casi a cualquier escala, una estrecha relación perceptible entre casos que pueden ser interrelacionados con ayuda de modelos numéricos. Entre esos casos, uno muy notable se refiere al proceso de urbanización de un territorio dado, a las pautas de su crecimiento y al cambio en el tipo de economía, funcionamiento y función de los sistemas rurales o más o menos naturales donde estos fenómenos ocurren, como se trae a colación en la presente tesis doctoral.
Los fenómenos de la urbanización y del desarrollo socioeconómico, vinculados al uso y aprovechamiento de los recursos naturales, generan gran atención y preocupación, motivando el interés por comprender los gradientes urbano-rurales (McDonnell et al., 1993, 1997, Haase y Nuissl, 2010, entre otros). La dualidad urbano-rural puede entenderse como un aumento del grado de influencia de los sistemas urbanos en los paisajes rurales, en los que las áreas urbanas juegan un papel importante en el contexto económico y en el flujo de SEs a la sociedad (McMichael et al., 2003; Modica et al. 2012). El paradigma del gradiente urbano-rural es, por tanto, una poderosa herramienta para la investigación ecológica sobre las influencias urbanas en los ecosistemas (McDonnell et al., 1997; Metzger et al., 2010; Vizzari y Sigura, 2015; Salvati et al., 2017) y un marco apropiado para estudiar cuestiones socio-económicas relacionadas con la calidad y el nivel de vida (Savitch, 2003; Berry y Okulicz-Kozaryn, 2011; Gómez-Baggethun y Barton, 2013). En la actualidad, existen sofisticadas herramientas metodológicas para cuantificar las interacciones entre la naturaleza y la sociedad (Salvati y Zitti, 2009; Salvati y Serra, 2016; Schmitz et al., 2012, 2018). Sin embargo, hay poca consistencia en los métodos utilizados para formalizar, caracterizar y cuantificar los gradientes de urbanización (Raciti et al., 2012; Gianotti et al., 2016), así como el grado de correspondencia o ‘acoplamiento’ entre las diferentes formas de habitar y utilizar el territorio y las estructuras del paisaje. La planificación de los usos del suelo es un elemento clave en la regulación territorial y puede ser una de las herramientas que garanticen un desarrollo sostenible. Estos esquemas de planificación incluyen estrategias para controlar y regular el desarrollo urbano, principalmente a partir del establecimiento de los Espacios Naturales Protegidos (ENPs), pero su implementación causa conflictos entre los controles de planificación y desarrollo urbano o las demandas de la población rural, principalmente debido a las restricciones de acceso de los usuarios locales a los servicios de provisión. Se necesita, por tanto, un modelo de planificación integrada del territorio para gestionar la capacidad de los ecosistemas de suministrar servicios, así como la demanda, uso y disfrute de los mismos por parte de los beneficiarios, más allá de los límites administrativos (municipales, provinciales, autonómicos) que determinan y promueven la ruptura de estos gradientes socio-ecológicos.
El objetivo general de la tesis es elaborar líneas conceptuales y herramientas para el desarrollo de un nuevo modelo de planificación del territorio, basado en la integración de las estructuras socio-económica y de paisaje y en el suministro de SEs, capaz de superar los límites que plantea la planificación del territorio convencional. Para ello, se han desarrollado y aplicado procedimientos matemáticos, principalmente multivariantes, para identificar y cuantificar fenómenos propios de tramas socio-ecológicas. En líneas generales, los resultados obtenidos destacan la tendencia hacia el desacoplamiento socio-ecológico del territorio. Este proceso está relacionado con la pérdida de ruralidad y de las actividades económicas vinculadas a la base biofísica territorial, lo que ocasiona la alteración de sus tramas socio-ecológicas y del flujo de SEs. En este marco de referencia se revelan muchos factores cruciales para la gestión y planificación del territorio, como el papel de la conectividad socio-ecológica, el de los ENPs, o el bienestar de los habitantes de un municipio (Arnaiz-Schmitz et al. 2018 a,b,c,d).
Los procesos esenciales detectados permiten sentar las bases para abordar una planificación socio-ecológica del territorio. Así, a partir de los resultados y conclusiones aportadas por los métodos cuantitativos aplicados en los diferentes estudios de esta tesis y con el objetivo de mitigar los procesos de desacoplamiento socio-ecológico detectados, se han elaborado las siguientes propuestas vinculadas a la planificación y gestión socio-ecológicas del territorio: i) Aplicación de instrumentos políticos y económicos que favorezcan el mantenimiento de las actividades rurales tradicionales, especialmente en los ENPs y en sus áreas de influencia socioeconómica; ii) Desarrollo de una red adecuada de infraestructuras que favorezca la conexión entre municipios vecinos y permita reforzar la cultura y la identidad local, evitando el alto grado de dependencia con la metrópolis; iii) Generación de espacios de educación ambiental y de promoción del turismo cultural y de naturaleza basados en el valor del paisaje rural y de sus actividades económicas asociadas, que favorezcan al mantenimiento de este paisaje, la calidad de vida de las poblaciones locales y su desarrollo económico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados