La creciente demanda de órganos para trasplante hepático ha conducido a la aceptación de donantes cadáver considerados como "subóptimos" o "marginales".
Los donantes de edad avanzada (DEA) constituyen un subgrupo dentro de estos y en la actualidad constituyen una importante fuente de obtención de injertos.
Sin embargo, no se conoce con exactitud que resultado podemos obtener de ellos.
OBJETIVOS Conocer que resultados a corto plazo (función inicial del injerto) y a largo plazo (pérdida de injertos y de pacientes) ofrecen estos injertos hepáticos obtenidos de DEA si se comparan con un grupo control (GC) emparejado de donantes de menor edad.
MATERIAL Y MÉTODO En un modelo de "bajo riesgo" (primeros trasplantes, no pediátricos, ni particiones, ni implantados en casos de insuficiencia hepática aguda grave y con injertos sin esteatosis de más del 60%) se compara un grupo de 65 DEA que se empareja con otros 65 donantes de menor edad (GC). Los casos DEA-GC se emparejaran de forma que no existan diferencias en cuanto a factores del donante, receptor, tiempos de isquemia, método de preservación, técnica quirúrgica e inmunosupresión, salvo la edad del donante. La función inicial del injerto se cuantificará en función de las cifras de GPT, Quick y débito biliar en los 3 primeros días postrasplantes valorándola como buena función inicial (3-4 puntos), disfunción moderada (5-6 puntos) o disfunción severa (7-9 puntos). Los injertos y pacientes perdidos se valorarán en función de si la causa de la pérdida estuvo o no relacionada con algún proceso relacionado con el injerto implantado. Se realizará estudios univariante y multivariante para conocer si la edad del donante resulta ser un factor de riesgo de disfunción del injerto o pérdida del injerto o del paciente durante el seguimiento.
RESULTADOS No han existido diferencias al comparar la función inicial de los injertos de ambos grupos, siendo buena en el
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