Según los Simposia de Marsella y Cambrigde en 1984, se considera que tras el episodio de pancreatitis aguda, la situación clínica, morfológica y funcional del páncreas retorna a la normalidad, siempre que se haya eliminado la causa primaria de la enfermedad y hayan desaparecido las complicaciones, a diferencia de la pancreatitis crónica, donde la alteración anatómica y funcional persiste aunque la causa primaria se haya eliminado.
Se estudian prospectivamente 40 pacientes consecutivos con pancreatitis aguda biliar, 15 hombres (37,5%) y 25 mujeres (62,5%), 27 leves y 13 graves.
Todos ellos colecistectomizados. Durante la fase aguda, se evaluó la gravedad siguiendo los criterios de Atlanta, la existencia de necrosis y su porcentaje mediante Tomografía Computarizada dinámica. Durante el seguimiento, valoramos la morfología de la glándula pancreática así como del conducto pancreático principal de estos pacientes, mediante la Colangiopancreatografía por Resonancia Magnética.
Analizamos si tras la PA de origen biliar existía una alteración de la morfología de la glándula pancreática y del conducto de Wirsung y si estas alteraciones se relacionaban con la gravedad del episodio.
El estudio realizado demostró, tras la pancreatitis aguda, la presencia de alteraciones en la morfología del conducto pancreático principal y a nivel de la glándula pancreática a largo plazo. Estas alteraciones son consideradas como secuelas cicatriciales de la enfermedad sin traducción hacia la cronicidad, coincidiendo con lo expuesto en los Simposia de Cambridge y Marsella.
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