Esta Tesis no aporta novedades desde la historia (es un eje estudiado en síntesis y en extensión; con polémicas y consensos), pero sí respecto al análisis de los papeles y los modelos urbanos del eje, las permanencias y los cambios, y en el estudio de su capacidad de adaptación (para no perder su primacía). También indaga su significación e imagen (y cómo se lee ésta en cada una de las propuestas, incluso en las más recientes; y en otras ajenas). Plantea los problemas de escala (de todo tipo: territorial, urbana, espacios concretos y elementos puntuales) y de coexistencia tipológica (en contraste muchas veces). A través del estudio más preciso de algunos episodios (y de algunos edificios) analiza la adecuación de sus mejores momentos.
Condiciones, imagen y carácter:
El eje tiene (desde sus orígenes, tanto en los Prados como en la Castellana) lo básico: el trazado, el arbolado, una buena escala y una magnífica sección.
Es uno de los mejores espacios urbanos del mundo (y eso hace que su imagen sea positiva y se proyecte a muchos otros sitios), pese a su mala fortuna histórica (con intervenciones de todo tipo, algunas desgraciadas, y no siempre reversibles; y tantas ocasiones perdidas, en regímenes distintos (para todos importante), también con unas curiosas continuidades entre rupturas; con diferencias de carácter en sus diversos tramos (y cambiantes en el tiempo) no siempre conseguidos, y ya veremos en los que vendrán.
Las prolongaciones, sucesivas directrices de Madrid:
La fuerza de su imagen (que procede de modelos distintos, y que se ha reorientado varias veces) hace que a lo largo del tiempo sea la principal directriz de crecimiento y vertebración de Madrid: ideal (incluso antes de poderlo ser, en el ensanche, con el tapón del Hipódromo; en imágenes poderosas y sugestivas, de mayor o menor alcance y rotundidad, como las de Zuazo) y real (en el mercado, como símbolo).
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados