La aplicación de técnicas geofísicas (sísmica de alta resolución, sonar de barrido lateral y ecosonda) ha permitido reconstruir la evolución del relleno sedimentario de la Ría de Pontevedra desde el Último Máximo Glacial (aprox. 18 ka BP), presentando especial atención al fondo actual.
Se define una secuencia sísmica desde el Último Máximo Glacial depositada directamente sobre el basamento de la ría y/o la unidad más antigua identificada.
El basamento que constituye la ría muestra una configuración en bloques determinada por tres sistemas de fracturas (N-S, NE-SO, y NNE-SSO). En las depresiones del basamento se deposita esta unidad antigua de edad Pleistocena.
El techo de estos sedimentos está trucando por una superficie muy erosiva, que presencia incisión de canales, que representa la exposición subaérea de toda la ría durante la bajada del nivel del mar en el Último Máximo Glacial. Sobre esta superficie se desarrolla una secuencia de 5 Orden constituida por un Cortejo Sedimentario Transgresivo, formado a su vez por un conjunto de unidades retrogradantes y un Cortejo Sedimentario de Alto Nivel.
La curva de variación del nivel del mar relativo obtenida a partir del análisis sísmico-secuencial muestra una transgresión a pulsos interrumpida por pequeñas estabilizaciones y bajadas de nivel del mar.
Por último, el mapa morfosedimentario del fondo actual refleja la importancia del control estructural en la sedimentación reciente en la ría. Los campos de sedimientos gruesos y formas sedimentarias de transporte por carga de fondo se localizan en las zonas de mayor influencia del oleaje.
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