Pretende mostrar que la filosofía de la percepción de Zubiri, y en especial su trilogía sobre la inteligencia sentiente, bien puede funcionar como la teoría general cognitiva que Gibson sabía que necesitaba (y M. Turvey reclamaba) para terminar de fundamentar su aproximación ecológica, no sólo a la percepción, sino a la psicología. Presenta sistemáticamente a Gibson: The Perception of the Visual World, The Senses Considered as Perceptual Systems, y The Ecological Approach to Visual Perception. Expone sistemáticamente la filosofía de la percepción de Zubiri y analiza las relaciones filosofía-ciencia, además de una comparación y unas conclusiones. El enfoque de Gibson es una revolución kühniana en curso, en psicología y ciencias cognitivas (contra Fodor y Pylyshyn). Lo hace contra el consenso general basado en el modelo gestáltico-cognitivo, (lo llama ¿viaje constructivista¿); y le postula una lógica proyectiva-transmitente. Llama lógica de la simultaneidad de campo, la del modelo ecológico. Las cuatro sustantivaciones de la filosofía y la ciencia modernas (el espacio, el tiempo, el ser y la conciencia) cristalizan cuando van juntas (Zubiri) como representación en la conciencia. Gibson denunció la falacia de que la imagen de la retina se transmite al cerebro. Hablar de construcción de la imagen terminal o de engramas neuronales representan al sujeto psicológico sería para Gibson la misma falacia que siguen cometiendo tantos en jerga científica, como Antonio Damasio. Nuestros sentidos considerados como sistemas perceptivos, no meros canales de la sensación, ¿salen afuera¿, y captan directamente los affordances e invariantes de estructura óptica (Gibson). La identificación de estos últimos sería su punto débil. La distinción zubiriana de perceptos, fictos y conceptos, sería una conceptuación alternativa que lo resolvería. Mientras, nuestros centros nerviosos, simplemente resuenan, al captar la información. El sistema visual puede visualizar sin las constricciones del flujo de estimulación, pero esto sigue siendo una operación del sistema visual, no una representación en el teatro interior de la conciencia. Para Zubiri percibir es percatarse (per-captare) de lo previamente aprehendido en aprehensión primordial de realidad, que es la raíz de toda percepción, un fenómeno complejo situado en el logos. Ambos autores van más allá del sentido, hasta la realidad. Pero se trata siempre de presentaciones; cuando se hable de re-presentaciones habrán de fundarse en presentaciones previas. La onda electromagnética o los fotones, no es que produzcan el verde de una percepción, sino que son el verde en la percepción. La desatención de Gibson y Zubiri a los procesos internos (reproche de sus críticos) es deliberada. La única manera de superar el dualismo entre sentir e inteligir, o las viejas operaciones de la mente sobre las entregas de los sentidos es una aprehensión-percepción directa, inmediata y unitaria. Las actualizaciones de la actuidad (donde cabría situar los procesos internos y categorizarlos científicamente) son siempre consecutivas a las actualizaciones de la actualidad (estar presente desde sí mismo, por ser real, acentuando el estar), y fundadas en ellas. Es el espíritu del experimentalismo fenomenológico (Langfeld, Stumpf, Koffka, Heider, MacLeod, Katz, Michotte...) Se presta especial atención a W. James, leído por nuestros dos autores. Harry Heft considera que el legado jameseano bien podría ser la filosofía que la psicología está necesitando redescubrir. Hay trasfondo evolucionista. Nuestros dos autores rastrean el pasado para explicar la ingente desviación histórica en el estudio de la percepción. No hay experimentum crucis que decida entre el viejo modelo constructivista y el ecológico. Gibson, como Galileo y Darwin antes que él, no argumenta hacia su nueva posición, sino desde ella (Edward Reed). Zubiri y Gibson destinados a convertirse en clásicos. Sólo requiere tiempo.
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