Esta tesis propone un estudio crítico de la influencia de las danzas de India y del Sudeste Asiático en el contexto artístico francés ¿atendiendo particularmente a las artes plásticas y escénicas¿ entre 1838 y 1939.
A lo largo del siglo XIX el imaginario occidental europeo configuró la imagen de la bailarina india como encarnación del exótico Oriente, a partir de diversas fuentes en constante interacción, como crónicas de viajes, piezas de ópera y ballet de inspiración india y espectáculos de danzas ¿indias¿ de diversa naturaleza cada vez más frecuentes en Europa desde que en 1838 un grupo de bailarinas procedentes de un templo del sur de India descubriera estas tradiciones al continente europeo.
Partiendo de un estudio pormenorizado de la recepción de las danzas indias en Francia se vislumbran los tópicos en torno a los cuales se articula la imagen de la bailarina india, no solo en los testimonios de la época, sino también en la interpretación recreada por los artistas contemporáneos y por las llamadas ¿bailarinas hindúes¿, quienes ¿aunque nacidas o educadas en Occidente¿ encarnaron el tópico de la bailarina india tanto sobre los escenarios como en sus propias biografías. Esta tesis ofrece, desde una perspectiva transdisciplinar, un análisis de la influencia de las danzas del sur de Asia en la pintura, la escultura y la propia danza, desarrolladas en el contexto francés de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, guiado en todo momento por la imagen de la bailarina india configurada por el imaginario occidental, la cual, al mismo tiempo, se vio constantemente alimentada por las propias representaciones artísticas. Cuestiones como la espiritualidad combinada con el erotismo que remiten a tiempos pasados y a un considerado estado ¿primitivo¿ de la civilización donde la modernidad occidental encontró una guía fecunda en sus pretensiones de renovación del arte occidental, contribuyen a crear el mito de la bailarina india que conquistó la escena artística y cultural parisina de este periodo.
A partir de un análisis abordado desde una perspectiva historiográfica que parte de las propias obras de arte así como de fuentes primarias como la prensa de la época, programas de mano, fotografía y obras literarias, esta tesis pone en valor las tradiciones escénicas del sur de Asia como uno de los numerosos elementos que contribuyeron a la configuración de la modernidad occidental en un momento en que, fruto de las políticas imperiales, Europa descubría culturas de diversos rincones del planeta. Se establecen así fértiles diálogos que fluctúan entre la danza y las artes plásticas, entre Oriente y Occidente, y entre las miradas masculinas y femeninas.
Como conclusión fundamental, esta tesis reivindica el significativo papel de las bailarinas indias como impulsoras de la modernidad en Occidente. Por un lado se evidencia el rol desempeñado por las bailarinas originarias de territorios del sur de Asia, quienes constituyeron una fértil fuente de inspiración para los artistas occidentales. Además, el papel de las bailarinas hindúes resulta especialmente significativo como consecuencia de los complejos mecanismos que ellas mismas desarrollaron. Su inestimable contribución a la escena artística no se limita a su papel como pioneras de la danza moderna temprana, sino también como impulsoras activas del desarrollo de la modernidad en otras disciplinas, en un momento en que pintores y escultores vieron en en la danza la materialización de sus propias indagaciones. De este modo, la esencia exótica asociada a la bailarina india, vinculada con la espiritualidad y el erotismo, fue empleada conscientemente por las bailarinas hindúes con el fin de hacerse un hueco en la escena europea. Este complejo proceso les permitió subvertir los mismos estereotipos exóticos, míticos y eróticos en torno a los que se articuló su imagen pública y privada, al tiempo que conquistaban un espacio de libertad creativa y de independencia vital insólito en su época.
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