Existe un importante volumen de empresas en el norte y noroeste de España dedicadas a la fabricación de sidra que generan grandes cantidades de pulpa de manzana para las cuales no existen vías de aprovechamiento de alto valor añadido y que originan problemas de tipo económico y ambiental.
Estos residuos poseen un alto contenido en azúcares fermentables, polisacáridos y otros componentes (proteína, minerales, etc) por lo que, para valorizarlos, podrían usarse como materias primas muy competitivas frente a otras usadas a nivel industrial para la obtención de aditivos o ingredientes alimentarios, como el ácido láctico y oligosacáridos.
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