Existe una visión tradicional del Estrecho de Gibraltar como enclave estratégico, que lo ha definido ambiguamente como nexo y solución de continuidad entre los continentes europeo y africano. Su importancia estuvo ligada al Mediterráneo en un principio; ésta más tarde crecerá y transcenderá con la aparición de potencias fuera del ámbito de dicho mar, pero siempre con intereses dentro de él. Los es tudios realizados hasta el momento sobre el Estrecho de Gibraltar han basado su justificación principalmente en su contenido geopolítico y esta investigación no se sale de dicha línea. Sí, en cambio pretende aportar una serie de elementos clave y una nueva perspectiva en línea con los cambios que estamos advirtiendo, tanto en nuestro entorno geopolítico, como en las posibilidades entre España y el resto de los países que hoy integran la Unión Europea, los ciudadanos hemos advertido la cada vez más presente –que no cercana- participación de nuestros vecinos del norte de África y muy especialmente en los años 90. Para abordar una nueva concepción estratégica sobre el Estrecho de Gibraltar debemos hacer referencia a cambios en el contexto geopolítico mundial, a la nueva situación de globalización de la economía de mercado y –como elemento clave de este trabajo- a la innovación tecnológica en los transportes y las comunicaciones. Este tema de elementos –cuya relación quedará planteada en la hipótesis de trabajo- difumina la situación de enclave del Estrecho hacia sus márgenes, prolongándose especialmente por el arco Mediterráneo. Andalucía puede perder de este modo su papel exclusivo. No sólo los puertos de Málaga y Almería se presentan como alternativas a Cádiz, Algeciras y Tarifa, sino que desde Alicante (con Argelia) a Marsella, pasando por Valencia y Barcelona comienzan a canalizarse relaciones económicas con el Magreb a un ritmo muy relacionado con la implementación de nuevas tecnologías en los modos de transporte y en la gestión de los flujos mercantiles, con una clara tendencia a utilizar sistemas de información aplicados a la logística del transporte y a considerar la alternativa del transporte marítimo de corta distancia frente a la red viaria terrestre. La identificación de las variables que definen este entorno y su comportamiento en diferentes circunstancias nos permiten elaborar un modelo del tráfico Norte – Sur en el Estrecho de Gibraltar. Este modelos plasmado en un SIG específico para el análisis de redes verificará la validez el modelo del Canal de la Mancha como aproximación al esquema logístico subrayando las dificultades que plantea el Estrecho de Gibraltar para conseguir una mayor integración de las regiones ribereñas, tras analizar las rutas y las posibles una vez puestas en servicio las infraestructuras proyectadas.
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