Schmitt y Buss (2001) definieron la caza furtiva de pareja como aquel comportamiento intencionado que consiste en mantener relaciones sexuales con personas que ya se encuentran en una relación de pareja estable. Este comportamiento involucra a un mínimo de tres personas: el cazador, la persona objeto de la caza y la pareja del objeto de caza. El objetivo principal de este trabajo fue evaluar el comportamiento de la caza furtiva en una muestra de parejas y estudiar las relaciones entre la caza furtiva de pareja y las características personales, sexuales y aspectos de la relación romántica. Estas relaciones fueron analizadas en función del género. Además, se procedió a la validación del cuestionario Poach para la medición de la caza furtiva de pareja. La muestra del presente trabajo estuvo formada por 424 parejas heterosexuales de la población general. La media de edad de los hombres fue de 28.74 años (DT = 10.34), y en las mujeres, de 26.67 años (DT = 9.44). Los resultados mostraron que el cuestionario de medición de la caza furtiva presentaba una validez adecuada. La implicación en comportamientos relacionados con la caza furtiva presentó relaciones con personalidad y la tendencia a sus trastornos, autoconcepto sexual y otras variables de la relación de pareja como las tácticas de retención de la pareja y el ajuste diádico. Además, estas variables también mostraron tener poder predictivo de la caza furtiva tanto masculina como femenina.
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