La isla de Tenerife (Islas Canarias; España) se ha convertido en uno de los destinos favoritos para deportistas profesionales que intentan beneficiarse de los reconocidos efectos que el entrenamiento o estancia en altura, puede tener sobre la mejora de su rendimiento.
Estudiamos en una muestra de 8 ciclistas (con una edad de 32,5 DE: 5,8 años y un peso de 71,38 DE: 6,39 Kg) de la isla, la respuesta adaptativa aguda al ejercicio, en una prueba de esfuerzo incremental máxima con análisis de gases, y en dos pruebas de carga constante submáxima de 10 minutos de duración, a dos intensidades diferentes; una por debajo (escalón 1, E1) y la otra por encima (escalón 2, E2) del umbral anaeróbico individual, calculado en la prueba incremental a nivel del mar. Las pruebas fueron repetidas a 2.350 sobre el nivel del mar, en condiciones de hipoxia hipobárica. Además de consumo de oxígeno (VO2), producción de CO2 y resto de parámetros ventilatorios, se determinó en los deportistas la frecuencia cardíaca, niveles de lactato en sangre, saturación periférica de O2 (SpO2) e intensidad en vatios. Los datos fueron calculados con el programa Excel y el análisis estadístico se realizó con el paquete de software SSPS 21, utilizando pruebas de comparación de dos muestras relacionadas: T de student y test de Wilcoxon (no paramétrica), para comparar la respuesta a NM versus altura. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p<0,05.
Tal como se contemplaba en la hipótesis inicial, debido a la orografía de la isla, los ciclistas, entrenados y habituados a ejercitarse tanto a nivel del mar como en altura, a 2.350 m y en reposo, no muestran todas las respuestas asociadas a la exposición aguda a hipoxia hipobárica; solamente un descenso significativo en la saturación en sangre periférica de la hemoglobina (SpO2) y un descenso en la presión alveolar de O2 (PAO2).
Los resultados de la prueba incremental muestran un descenso significativo, en condiciones de hipoxia, en los valores de VO2max, lactato máximo y vatios máximos (de 59,67 DE:3,38 a 48,42 DE:4,22 ml/kg/min; de 9,02 DE:2,26 a 6,58 mmol/L; y de 350 DE:32,7 a 315,63 DE:29,7 vatios, respectivamente).
Los datos de las pruebas submáximas de escalones aportan información relevante sobre la respuesta fisiológica aguda al ejercicio en altura. Se registró un aumento en las concentraciones de lactato por efecto de la altura: en E1 aumentó de 1,92 DE:0,38 mmol/L a NM hasta 3,20 DE:0,70 mmol/L y en E2 aumentó de 6,31 DE:1,72 mmol/L a NM hasta 8,37 DE:2,05 mmol/L. EL VO2 para la misma intensidad absoluta de esfuerzo disminuyó por efecto de la altura, en las dos intensidades de prueba: en E1 de 2,64 DE:0,22 l/min a 2,41 DE: 0,293 l/min; y en E2 de 3,72 DE: 0,267 l/min a 3,184 DE: 0,323 l/min. El aumento significativo de los niveles de lactato y valores de RER observados en altura sugieren que las cargas de trabajo submáximas, que a nivel del mar están por debajo del umbral (en el escalón E1), a 2.350 m pueden estar por encima del umbral anaeróbico en la mayoría de los ciclistas.
Cuando se trata de calcular intensidades relativas de trabajo, usar los vatios para calcular el % de máxima intensidad de ejercicio aparenta ser más fiable que usar el VO2 como % del VO2max, especialmente cuando se intenta calcular las intensidades para ejercitarse en altura. El uso cada vez más extendido de los potenciómetros en las bicicletas, podría facilitar la aplicación al entrenamiento en altura, de estudios individualizados, usando cargas submáximas calculadas en vatios, y valorando el rendimiento y tolerancia a la fatiga, tal y como hemos comprobado en este trabajo. Con los datos disponibles, sólo podemos aportar información sobre la respuesta fisiológica aguda al ejercicio a 2.350 m de altura. Requerirá sucesivos estudios el profundizar en los mecanismos fisiológicos de los cambios observados y el poder analizar la tolerancia a cargas de entrenamiento que puedan mejorar el rendimiento en altura.
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