Las órdenes religiosas jugaron un papel fundamental como promotores artísticos en la España Moderna. Abades, guardianes y priores, bajo la iniciativa o respaldo de sus padres generales, impulsaron importantes empresas arquitectónicas, que se completaban con la fabricación de un lujoso mobiliario litúrgico y el ajuar destinado a honrar a sus patriarcas y santos, exhibiendo el poder religioso y temporal de sus religiones. En el proceso de reconstrucción, modernización o asentamiento de monasterios y conventos experimentado entre los siglos XVI y XVIII, las casas regulares albergaron grandes talleres artísticos que dieron trabajo a los mejores arquitectos, entalladores, escultores, pintores y orfebres del país. Al amparo de estas fábricas proliferaron, por toda la geografía española, maestros de obras que ejercían la arquitectura desde el seno de las propias órdenes; monjes y frailes que, a pesar de llevar una vida religiosa sujeta a las restricciones propias de su estado, formaron parte del tejido conjuntivo de los profesionales de la construcción, trabajando tanto para sus congregaciones como para importantes particulares e instituciones.
La presente tesis doctoral se propone ofrecer un análisis de la vida religiosa y profesional de los arquitectos miembros de órdenes regulares que trabajaron de manera estable y continuada en Galicia. Para ello se ha prestado especial atención a los regulares que vivieron y desarrollaron su carrera a lo largo del siglo XVIII, al tratarse del periodo en que hemos localizado un mayor número de dichos profesionales. Aunque el título de nuestro estudio hace referencia a los «frailes» arquitectos, el empleo de este término procede del tratamiento que recibían, con independencia de si pertenecían a una orden contemplativa (caso de los benedictinos y cistercienses) o activa (franciscanos, dominicos, carmelitas, jesuitas, etc.). De ahí que no hayamos excluido a los primeros y que concediéramos especial atención a los maestros de obras de la orden benedictina. Dado que las órdenes de San Benito, San Francisco y Santo Domingo gozaron de más y mejores maestros propios hemos decidido dar prioridad al estudio de las obras llevadas a cabo por sus constructores. Ello no implica que dejásemos de lado a los arquitectos de órdenes como el Císter o el Carmelo, que se instaló en Galicia en el siglo que centra nuestro estudio, o a los maestros localizados en el siglo XVII; al contrario, sus circunstancias han sido tenidas en cuenta para completar el análisis social de los maestros de obras regulares, al igual que se ha analizado la presencia de maestros llegados de otras regiones para emprender obras concretas, regresando luego a sus casas de origen. Sólo así podíamos obtener una visión completa sobre el modo de vida de estos profesionales. Sin embargo, estos artífices han sido excluidos de los capítulos dedicados al análisis de las obras emprendidas por arquitectos regulares; los primeros debido a la escasa entidad de sus trabajos y a la dificultad para determinar su participación en las obras que se les atribuyen, derivada de la falta de fuentes o de la escasa concreción de las mismas; los que vivieron en el XVII por no hallarse dentro del marco cronológico establecido para el estudio; y los foráneos por la excepcionalidad de su labor en Galicia. Además de reconstruir la vida personal y profesional de los arquitectos regulares, y de analizar sus obras más importantes, con el material recopilado durante nuestra investigación, hemos elaborado un diccionario biográfico-artístico de los arquitectos regulares gallegos localizados en los siglos XVII y XVIII, que se incluye a modo de apéndice. En él actualizamos el catálogo de los maestros de obras de las órdenes regulares gallegas, renovando la información aportada por otros autores acerca de estos artífices; ofreciendo nuevas referencias documentales y bibliográficas; aportando nuevos nombres; y completando las biografías artísticas de los autores más destacados.
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