La administración de antihistamínicos H1 normalmente se asocia a sedación y deterioro en la ejecución conductual, aunque la intensidad y duración de estos efectos indeseables varían entre fármacos y sujetos.
En un estudio de fase I, doble-ciego, aleatorizado, cruzado y controlado con placebo, 16 sujetos jóvenes sanos de ambos sexos recibieron dosis orales únicas "terapéuticamente equivalentes" de cetirizina 10mg (CTZ), terfenadina 120mg (TFD) y loratadina 10mg (LOR) utilizándose hidroxizina 25mg (HXZ) como estándar positivo. Las evaluaciones incluyeron: a) actividad periférica, tanto antihistamínica ("prick test" y efecto subjetivo) como anticolinérgica (secreción salival espontánea); b) actividad sobre el SNC mediante pruebas objetivas conductuales (frecuencia crítica de fusión-centelleo, tiempo simple de reacción, test de cancelación "d2" test motricidad fina), escalas de valoración subjetiva (analógicas y numéricas) y registros neurofisiológicos (16 canales de EEG, EOG vertical y horizontal, con los ojos cerrados) cuantificándose según cartografía topográfica de la fármaco-EEG- cuantitativa e índices de vigilancia; y c) tolerabilidad. Tales evaluaciones se llevaron a nivel basal y a + 1, +2, +4, +6 y +8 horas postmedicación.
Todos los tratamientos activos presentaron actividad antihistamínica H1 periférica. Esta actividad fue máxima para HXZ y CTZ, menor para LOR e intermedia para TFD. No se observaron diferencias entre los distintos tratamientos en la evaluación de la actividad anticolinérgica periférica. La evaluación del efecto sobre el SNC en las diferentes pruebas objetivas de rendimiento psicomotor mostró ausencia de cambios significativos tras CTZ, TER y LOR, en comparación a placebo, mientras que HXZ produjo deterioros manifiestos.
Las escalas de evaluación subjetiva mostraron que si bien HXZ producía la mayor sensación subjetiva de sedación, CTZ, TER y LOR también pud
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