En la actualidad, el IMC ha aumentado en todas las regiones del mundo y hoy en día es prácticamente similar en países desarrollados y en vías de desarrollo. La población española no se escapa a esta realidad. La cirugía bariátrica actualmente parece ser el único tratamiento efectivo para la obesidad mórbida y sus comorbilidades. En 2007, Sánchez-Pernaute introdujo una nueva modificación al cruce duodenal (CD) y por tanto a la derivación biliopancreática (DBP): el bypass duodenoileal en una anastomosis con gastrectomía vertical, (SADI-S por sus siglas en inglés, single-anastomosis duodeno-ileal bypass with sleeve gastrectomy). La reducción a una sola anastomosis reduce el tiempo quirúrgico, el riesgo postoperatorio de fuga y otras complicaciones, y evita la apertura del mesenterio que tantos problemas pueden dar a los pacientes sometidos a bypass gástrico en Y de Roux.
Nuestro objetivo principal es demostrar que el SADI-S ofrece resultados ponderales, morbimortalidad perioperatoria, a largo plazo y remisión de comorbilidades similares a la técnica de referencia, el bypass gástrico en Y de Roux.
Se realizó un análisis retrospectivo de la base de datos prospectiva. Se revisaron todos los expedientes clínicos de los pacientes obesos mórbidos a los cuales se les realizó un SADI-S y a todos los pacientes a los cuales se les realizó un BGY entre julio de 2009 y julio de 2014 en el Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos.
Se obtuvieron 68 pacientes por cada rama del estudio, en total 136 pacientes. La edad media de todos los pacientes incluidos fue de 46.90 años (DE 10,8), la media de peso fue 121,5 kg (DE 16,11) y el IMC medio 45,0 kg/m2 (DE 5,3). Noventa y un pacientes (67%) eran de sexo femenino. La morbilidad total fue de un 19.11% (13) en los pacientes a los que se les realizó un BGY y un 10.29% (7) en el grupo de SADI-S (p=0.00001). La estancia postoperatoria media en el grupo de BGY fue de 7.11 (9.63) días y en el de SADI-S 7.19 (8.12), siendo esta diferencia no significativa estadísticamente (p= 0.962). El porcentaje de reingresos durante el primer mes postoperatorio fue de 2.94% y 4.41% para BGY y SADI-S, respectivamente, no siendo esta diferencia significativa (p=0.648). El porcentaje de exceso perdido, %EWL, tomando como referencia para peso ideal IMC 25 kg/m2, fue significativamente mayor en el grupo de los pacientes a los cuales se les realizó un SADI-S a partir del año (77.6%, 95.2, p < 0.00005) de seguimiento hasta los 5 años (69.2%, 88.25%, p < 0.00005). El tiempo de evolución de la DM antes de la intervención fue de 5.71 vs 5.65 años en el grupo del BGY y SADI-S respectivamente (p=0.968). Sólo 1 (4.35%) paciente en el grupo de BGY estaba en tratamiento con insulina antes de la cirugía, 17 (39.5%) en el grupo de SADI-S (p=0.004). La HbA1c media pre-operatoria fue de 6.22 (0.97) mg/dL en los pacientes a los que se les realizó un BGY y 7.34 (1.66) mg/dL en los que se llevó a cabo un SADI-S (p=0.00005). A los cinco años de seguimiento, el 71.42% en los pacientes sometidos a un BGY y 79% de los pacientes en el grupo SADI-S consiguió alcanzar la remisión de la DM2 (p=0,7037). Al final del seguimiento, durante el 5to año, no hubo diferencias en los valores de vitamina D, proteínas totales, albúmina ni vitamina B12. Sin embargo un alto porcentaje de los pacientes en ambos grupos, 71.43% en BGY y 81.25% en SADI-S% persistían con déficit de vitamina D. Para este momento del seguimiento, las proteínas y la vitamina B12, se habían normalizado en la mayoría de los pacientes de ambos grupos.
En nuestro estudio pudimos demostrar que el SADI-S presenta resultados ponderales, metabólicos y remisión de comorbilidades ligeramente mejores que la técnica de referencia, el BGY. Las complicaciones perioperatorias y a largo plazo (déficit nutricionales) también son parecidas a las observadas en pacientes a los cuales se les ha realizado un BGY.
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