Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) incluyen diferentes productos químicos con características comunes de toxicidad y resistencia a la degradación, entre ellos los bifenilos policlorados (PCBs). Los PCBs, debido a su lipofilicidad, estabilidad y resistencia a la degradación, incluso después de haber sido prohibido en la mayoría de los países europeos durante la década de 1980, todavía se encuentran el medio ambiente y siguen bioacumulándose en la cadena alimentaria. En la población general, la dieta es la principal vía de exposición a los PCB (>90%), sobre todo a través de alimentos grasos y productos de origen animal, principalmente en el pescado.
En este trabajo de investigación, sea ha evaluado prospectivamente la asociación entre la exposición a PCBs a través de la dieta y la incidencia de obesidad e hipertensión en la cohorte española SUN.También se ha evaluado de manera prospectiva la asociación entre la exposición a PCBs a través de la dieta y el riesgo de cáncer de mama, de endometrio y de ovario en una cohorte sueca de mujeres: The Swedish Mammografy cohort (SMC). La exposición a PCBs a través de la dieta se estimó mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos previamente validado. Además, en la SMC, las estimaciones de PCBs a través del cuestionario fueron previamente validadas a través de muestras de sangre de una sub-muestra de mujeres representativa de la cohorte. Los casos incidentes de obesidad e hipertensión fueron auto-reportados por los participantes y los casos incidentes de cáncer, se determinaron a través de la vinculación con los registros del cáncer de Suecia. Los hazard ratio (HR) y sus correspondientes intervalos de confianza (IC) al 95% para los diferentes desenlaces se estimaron mediante modelos de regresión multivariable de Cox.
Durante el seguimiento de los estudios llevados a cabo en la cohorte SUN (≈8 años) se observaron 621 casos incidentes de obesidad y 1497 de hipertensión. Después del ajuste por los posibles factores de confusión, los HR obtenidos fueron de 1,58 (IC 95%, 1.212.06) para la obesidad y 1,43 (IC 95%, 1,091,88) para la hipertensión, comparando los participantes en el quinto quintil de exposición a PCBs con los del primer quintil.La prueba de tendencia lineal fue estadísticamente significativa.
En la SMC, durante los 14 años de seguimiento, se observaron 1593, 437 y 195 casos incidentes de cáncer de mama, de endometrio y de ovario, respectivamente. No se encontró asociación entre ninguno de los tres cánceres y la exposición a PCBs. Los HRs al comparar las mujeres en el tercil más alto de exposición a PCBs con aquellas en el más bajo, fue de 0,96 (IC 95%, 0.751.24), 1,21 (IC 95%, 0.732.01) y 0.90 (IC 95%, 0.451.79) para el cáncer de mama, de endometrio y de ovario, respectivamente. En los análisis estratificados por factores que influyen en la exposición a estrógenos, y que podrían enmascarar una verdadera asociación entre la exposición a PCBs y estas tres formas de cancer hormono-dependientes, se observaron unas mayores estimaciones puntuales del riesgo de endometrio en aquellas mujeres no expuestas a otras fuentes de estrógenos (mujeres sin sobrepeso, sin haber seguido tratamiento hormonal sustitutivo, y aquellas no fumadoras); aunque la significación estadística únicamente se alcanzó en el grupo de mujeres no fumadoras, con un incremento del riesgo de cáncer de endometrio del 102% (IC 95%, 6%286%) en las mujeres más expuestas a PCB comparado con las menos expuestas.
Estos resultados mostraron que una mayor exposición a PCBs se asocia positivamente con una mayor incidencia de obesidad e hipertensión. Sin embargo, en la cohorte prospectiva de mujeres suecas no se observó asociación entre las estimaciones validadas de la exposición a PCBs y la incidencia de cáncer de mama, de endometrio o de ovario, sugiriendo que la exposición a PCB en las mujeres de mediana y avanzada edad no juega un papel importante en el desarrollo de estas 3 formas de cáncer.
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