La endometriosis es una enfermedad con elevada prevalencia en la población de mujeres en edad fértil (Goldstein y cols, 1980; Eskenazi y cols, 1997; Gazvani y cols, 2002), que cursa con dolor pélvico crónico, dismenorrea, sangrados irregulares e infertilidad, principalmente (Goldstein y cols, 1980; Eskenazi y cols, 1997). Esta sintomatología empeora la calidad de vida de la paciente (D´Hooghe T y cols, 2006) y genera un gran gasto en términos económicos y sociales (Simoens y cols, 2007), de lo que se deriva su gran importancia. Ésto, unido a las múltiples cuestiones que se desconocen o están en controversia en relación a la enfermedad, justifica el enorme interés que despierta a nivel científico e investigador.
Una de las cuestiones en controversia es el debate entre el tratamiento médico y quirúrgico, conviertiéndose en tema reiterado de estudio el hecho de hallar el abordaje farmacológico capaz de tratar la enfermedad y disminuir las recidivas, tratando de maximizar el uso de los tratamientos médicos sobre los tratamientos quirúrgicos de repetición.
Dentro de los tratamientos médicos, los más utilizados en la actualidad son los tratamientos hormonales antiestrogénicos, administrados en base a las características hormonodependientes de la endometriosis (Speroff y Fritz, 2006).
Ninguno de ellos, no obstante, se ha mostrado completamente satisfactorio (Mihalyi y cols, 2006). En cambio, tienen efectos secundarios derivados de su acción hormonal, induciendo muchos de ellos una menopausia artificial durante su uso, sofocos, efectos deletéreos sobre la densidad mineral ósea, entre otros (Surrey, 2006; Crosignani y cols, 2006; Fedele y Berlanda, 2004). Además, interfieren claramente en la capacidad reproductiva de las pacientes (Olivares y cols, 2008). Si además consideramos que nos referimos a una enfermedad crónica que necesita de tratamiento a largo plazo (Rice, 2002; Valle y Sciarra, 2003), estos problemas adquieren mayor magnitud.
Por ello, nuestra motivación inicial para este trabajo fue encontrar una terapia no hormonal que fuese eficaz en el tratamiento de la endometriosis. Todo ello teniendo en cuenta que administrado de forma continuada y crónica, como requiere esta enfermedad, no presentase los efectos secundarios descritos anteriormente característicos de las terapias hormonales.
En esta tesis planteamos que el compuesto pIC una vez complejado con PEI podría ejercer acciones de destrucción de lesiones endometriósicas ectópicas y que estos efectos vendrán mediados por las acciones antiangiogénicas del compuesto manifestadas con un descenso de la vascularización y la proliferación celular y un incremento de la apoptosis. Así pues, nuestro objetivo principal fué evaluar el potencial terapéutico de este compuesto en el tratamiento de la endometriosis en un modelo animal murino heterólogo mediante la determinación de su efecto sobre el tamaño de las lesiones, la vascularización, la apoptosis y la proliferación celular en los implantes.
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