La restricción de crecimiento intrauterino en niños prematuros (menores de 34 semanas de edad gestacional), se asocia con cambios estructurales y funcionales cerebrales detectables a los 12 meses de edad. Estos cambios se relacionan con alteraciones en el neurodesarrollo valorado a los 18 meses de edad, afectando principalmente el dominio motor y de comportamiento. Los niños con restricción de crecimiento intrauterino también presentan una mayor frecuencia de comportamientos autistas. La identificación de estos cambios cerebrales mediante resonancia magnética nuclear podría permitir el desarrollo de biomarcadores estructurales y funcionales cerebrales que ayudarían a identificar los niños prematuros en riesgo de presentar alteraciones en el neurodesarrollo.
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