ntroducción: Las nuevas técnicas de diagnóstico in vitro de la tuberculosis (IGRA: Interferón-Gamma Release Assays) han demostrado una similar sensibilidad y mayor especificidad que la Prueba de la Tuberculina (PT), aunque todavía no existe suficiente evidencia científica sobre su utilidad en el paciente pediátrico, en el diagnóstico de la Enfermedad Tuberculosa activa (ETB), en poblaciones inmunodeprimidas y en la monitorización del tratamiento. Objetivos: Evaluar la concordancia entre la PT y el QuantiFERON®-TB-GOLD in tube (QFT) en pacientes pediátricos con riesgo de Infección Tuberculosa Latente (ITBL) y/o ETB. Los objetivos secundarios fueron: determinar el comportamiento de los valores de IFN-gamma específico de Mycobacterium tuberculosis complex en relación a la edad, a los mm de induración de la PT, al diagnóstico final y, en el caso de la ETB, a la localización, confirmación microbiológica y tratamiento. Material y métodos: Estudio observacional y analítico, con inclusión prospectiva de niños menores de 18 años atendidos por riesgo de ITBL o ETB (niños con sospecha clínica de ETB, niños contactos de enfermos tuberculosos y niños inmigrantes recién llegados de países con alta endemia de tuberculosis). Se excluyeron a niños con tratamiento antituberculoso previo e inmunodeprimidos. Las principales variables fueron: sexo, edad, procedencia, tipo e intensidad de exposición al caso índice, vacunación BCG, síntomas, exploraciones complementarias (Radiografía y/o TAC torácica, estudios microbiológicos y anatomopatológicos, resultados del test QFT y de la PT), diagnóstico clínico final (No infectados, ITBL o ETB) y localización en caso de enfermedad. A todos ellos se les realizó concomitantemente la PT y el QFT al inicio del estudio y a 25 pacientes con ETB y QFT positivo se les repitió un segundo QFT a los 3 meses para estudio de la monitorización del tratamiento. Resultados: Se incluyeron 109 niños con una edad mediana de 39 meses, similar distribución por sexos, siendo el 47.7% inmigrantes vacunados con BCG. Se diagnosticaron de ITBL un 7.3% (8 niños) y de ETB activa un 37.6% (41 niños). En la ETB, el QFT fue positivo (90.2%) en un mayor número de pacientes respecto a la PT (78.1%), aunque la diferencia no resultó estadísticamente significativa. La concordancia global entre la PT y el QFT fue buena (91/103; k=0.758; p<0.001) tanto en los pacientes vacunados con BCG (k=0.772; p<0.001) como en los no vacunados (k=0.743; p<0.001). Se encontraron 12 pacientes con resultados discordantes, principalmente entre los niños infectados, objetivando una concordancia pobre tanto en los pacientes con ETB (30/38; k=-0.48; p=no significativa (NS); 7 posibles FN de la PT y un posible FN del QFT), como en los diagnosticados de ITBL (5/8; p=NS; 2 posibles FP de la PT o bien FN del QFT y un FN de la PT). Los valores de IFN-gamma específicos no se correlacionaron con la edad, pero si se detectó una correlación débil con los mm de la PT (Índice de Pearson: 0.343; p=0.032). No se hallaron diferencias entre las medias de los valores de los pacientes con ITBL (8.65 UI/mL (DS 8.89)) y los pacientes con ETB (12.33 UI/mL (DS 8.19)), ni entre formas pulmonares y extrapulmonares, ni entre pacientes con o sin confirmación microbiológica. Tras analizar la cuantificación del IFN-gamma específico durante el tratamiento, tan solo un paciente presentó una reversión del QFT y se halló un descenso, estadísticamente significativo, en la media de los valores tras 3 meses del tratamiento (IFN-gamma al inicio: 14.1 UI/mL (DS 7.9) y a los 3 meses: 10.7 UI/mL (DS 7.3); Test de Wilcoxon; p=0.020). Conclusiones y discusión: La concordancia encontrada entre la PT y el QFT fue buena, tanto en los pacientes vacunados como en no vacunados, por lo que el test QFT parece tener similar utilidad que la PT en la mayor parte de los casos estudiados. De las 12 discordancias, la mayoría se encontraron en los pacientes con ITBL y en casos con ETB. Se detectó una correlación entre los valores de IFN-g específico y los mm de las PT positivas, por lo que la cantidad de IFN-gamma podría predecir el resultado de la PT. Nuestros resultados confirman que el QFT no puede ser utilizado para diferenciar entre ITBL y ETB. Dado el descenso significativo en la media de los valores de IFN-gamma a los 3 meses del tratamiento, creemos que la determinación seriada de estos podría ser de utilidad en la monitorización de la respuesta terapéutica de casos seleccionados. A pesar de ello, dado el bajo índice de reversiones, no es posible confirmar mediante esta técnica la posible curación, por lo que se requieren más estudios longitudinales al respecto.
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