El uso de patrones en frutales ha permitido resolver algunos problemas relacionados con el suelo, clima y cultivo. Sin embargo en olivo existen muy pocos estudios, debido a la escasa tecnificación del cultivo. En las últimas décadas, la olivicultura española ha experimentado importantes cambios tecnológicos destacando, entre otros, el aumento de la densidad de las nuevas plantaciones, asociado a una mejora de la mecanización de la recolección. Así, en la década de los 90, aparecieron las plantaciones de alta densidad (>1.500 árboles/ha), pensadas como inversiones a corto plazo y con una mecanización integral del cultivo. Las variedades actuales de olivo manifiestan un excesivo vigor, dificultando su manejo. Esta limitación creó la necesidad de iniciar trabajos de I+D en esta especie, como programas de mejora genética o la selección de patrones de olivo, para reducir el vigor de la variedad injertada.
En el IRTA-Mas de Bover (Constantí, Tarragona) se han evaluado 30 variedades de olivo distintas, empleadas como patrones, para estudiar su influencia en el desarrollo vegetativo y productivo del 'clon IRTA-i*18(r)' de la variedad 'Arbequina'.
Tras seis años de estudio, los resultados obtenidos en los ensayos experimentales nos demuestran que con el uso de patrones es posible modificar el vigor del injerto. Los patrones más vigorosos ('Menya', 'Cipressino', 'Razzola', 'Fs-17' y 'Oblonga') inducen un mayor volumen de copa y producción al citado clon. Contrariamente, 'Arbosana', 'Corbella', 'Izmir Sofralic' y 'Verdal de Manresa' confieren un vigor reducido a la variedad 'Arbequina', posibilitando un mejor manejo en las plantaciones de alta densidad.
En los distintos parámetros evaluados no siempre se ha observado un efecto del patrón, viéndose influenciada la entrada en producción, pero no la fecha media de plena floración. Cabe señalar también que el vigor de las variedades autoenraizadas empleadas como patrón, no siempre se ha conferido al i
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