La salud mental es el bienestar biopsicosocial de las personas y no solo la ausencia de enfermedad. Sin embargo, en los últimos años se ha visto un aumento de la prevalencia de los trastornos mentales graves y discapacidad a nivel mundial, por lo que se convierte en un tema relevante de Salud Pública. Desde la promoción de la salud se recomienda tener un estilo de vida saludable y mejorar los determinantes que la condicionan para prevenir los problemas de salud mental. Un factor relevante es el trabajo, puesto que el desempleo es un factor generador de estrés, carencia de recursos y riesgo de mala salud, lo cual aumenta en el caso de sujetos con grave sufrimiento mental, pues tienen menos oportunidades laborales.
El objetivo de este estudio es analizar y comparar cualitativamente la inclusión en el trabajo de personas con trastornos mentales graves, y desarrollar un modelo que explique el fenómeno de la inserción laboral desde la perspectiva de la Salud Pública en Valencia Ecuador e Italia. La metodología es de enfoque descriptivo y transversal con diseño del proceso en el uso de la Teoría Fundamentada, mediante entrevistas semiestructuradas a usuarios, familiares, profesionales y directivos de salud, junto a un meta-análisis de documentos en Italia, recursos a los cuales se les aplicó tres etapas de codificación abierta, axial y selectiva.
Los resultados señalan como principales categorías generadas en el estudio los ámbitos: Laboral, Sanitario, Social, Familiar, Personal y Organización de salud mental. Se llegó a dos modelos teóricos resultantes, el primero describe el punto de vista de los usuarios, en el cual destacan como pilares de su rehabilitación: el empleo, la familia, la socialización y la atención sanitaria, considerando la transversalidad de la red de servicios de salud mental. El segundo modelo es desde la visión de la Salud Pública y sus determinantes, que confluyen como facilidades: la independencia personal, el apoyo familiar y del entorno social, contar con servicios de rehabilitación comunitarios, oportunidades de formación profesional y empleo, y legislación y políticas inclusivas. Mientras que las barreras son el estigma personal, social y laboral, la dependencia familiar, los síntomas de la enfermedad, los efectos secundarios de las medicaciones utilizadas, la exclusión laboral, limitadas opciones de vivienda, escasos servicios socio-sanitarios y políticas públicas insuficientes.
Se concluye por género que presentan similitudes en oportunidades de trabajo de baja cualificación y que cumplen los estereotipos clásicos en cuanto a las actividades laborales desempeñadas. Por países, Italia para una adecuada inclusión laboral del colectivo precisa seguir manteniendo el modelo de salud mental comunitario, que este sea equitativo en todas las regiones, y continuar con el trabajo de las cooperativas sociales. En Valencia fortalecer las Unidades de Salud Mental y viviendas tuteladas, mejorar las políticas públicas de inserción laboral con mayores condiciones y adaptaciones en el empleo normalizado, así como aumentar los Centros Especiales de Empleo y las cooperativas de trabajo. Por último, en Ecuador se requiere contar con una ley de salud mental reguladora, implementar los centros especializados de salud mental en la comunidad, las unidades de acogida, mejorar las subvenciones básicas e invertir en el desarrollo de cooperativas sociales de trabajo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados