Natalia Fernández Díaz Este trabajo aborda la metáfora en un sentido amplio. También utiliza la metáfora como punto de partida para entender la proyección, alcance y eficacia de los discursos médico-científicos, y, también, de forma paralela, las memorias de enfermos y las narraciones divulgativas sobre una enfermedad concreta: la leucemia.
Ante todo, se trata un intento de demostrar cómo el discurso científico ha ido orientándose, disciplinaria, histórica y epistemológicamente, conforme a unas pautas metafóricas. El discurso médico, que será a fin de cuentas el que centre la mayor parte del interés de este trabajo, no es una excepción. Por otro lado tenemos las narrativas colaterales, pero esenciales, producidas por los propios enfermos -en nuestro caso, como quedé dicho, leucémicos- a partir de su experiencia, con lo que generan nuevas metáforas y dotan de inexplorados matices semánticos, cognitivos y experienciales metáforas arraigadas y con usos muy delimitados. En ese sentido, se reivindica al enfermo como figura rupturista y como creador, un (re)inventor del tiempo y sus contenidos.
La suma de todo ello significa que debemos acercarnos a la historia de la ciencia -y de la medicina en particular- como un eje en el que el discurso metafórico juega un papel activo. Ese aspecto del trabajo, con todo y ser secundario respecto al tema central, no nos ahorra, sin embargo, un ahondamiento en la idea de ciencia, en su vínculo con la sociedad y en la eficacia de sus representaciones, que trascienden a la propia ciencia para crear, o abonar, terrenos epistemológicos y heurísticos concomitantes. Entender ese proceso, y la importancia de los mecanismos discursivos y metafóricos que lo han hecho permanecer en los imaginarios hasta el presente, nos permitirá luego abordar:
- las imágenes de la enfermedad y, sobre todo, de los enfermos, como portadores de sentido y creadores de discurso, más allá de la ortodoxia científica. Y cómo ese lenguaje, que nace de la subjetividad y de la experiencia, se presenta como propuesta radical de ruptura, de lucha y hasta de supervivencia. A veces, recurriendo al propio lenguaje científico. Y otras, las más, transformándolo y obligándolo a avanzar en otras direcciones.
También exploraremos dos tipos más de fuentes generadoras de metáforas:
-las creencias de la gente "sana" sobre las enfermedades graves -y la leucemia en particular- y la forma en que tales creencias, y su potencial connotativo, se articulan para dar lugar a otras metáforas o, en todo caso, al germen que permitirá que una metáfora surja y permanezca. Para este punto nos centraremos en aquellos testimonios escritos de autores, reconocidos o no, que han escrito sobre la leucemia que padecen o han padecido otros autores.
-los discursos de divulgación y su singular modo de reproducir, exaltar o atenuar el discurso científico, acudiendo al uso de sus mismas metáforas, y siguiendo, en todo caso, en la forma en que se plasma la información y en la propia organización de los contenidos, un esquema que también se origina en metáforas perfectamente instaladas en el discurso social (la evolución, el progreso, el futuro...). Previo al análisis de las narrativas divulgativas haremos una aproximación somera a las primeras publicaciones científicas sobre la leucemia.
Con todo ello perseguimos simultáneamente varias metas y propósitos: por un lado, tratar de conocer más los procesos en que la metáfora se crea, se acepta y germina socialmente. Por otro, dilucidar la importancia de los discursos secundarios (como las narrativas personales) en las interpretaciones que hacemos de las enfermedades, particularmente a partir del uso de metáforas. En tercer lugar, atisbar cómo el discurso médico-científico, como parte de un poder dominante y de prestigio, contribuye a fundamentar un entramado de interpretaciones, e
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