Santi Petri. Espacio disciplinado

• Autores: Aurelio del Pozo Serrano
• Directores de la Tesis: Alfonso del Pozo Barajas (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2008
• Idioma: español
• Número de páginas: 659
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  • Tesis en acceso abierto en: Idus
• Resumen

  • �� A lo largo de las vías, de los canales, portazgos y ferrocarriles, en los puertos marítimos y estuarios, por los rápidos de los ríos, minas de carbón y montañas ferruginosas, la industria desplegó sus propios sistemas constr uctivos. Este nuevo paisaje despreciado durante mucho tiempo por los historiadores de la arquitectura, tiene una belleza sobrecogedora en su abandono. Los logros conseguidos por este ambiente a través de muchos intentos y errores, constituyen una fascinante historia de respuesta inteligente a programas en continua evolución, técnicamente concebidos, una historia sólo comparable al desarrollo de la arquitectura militar en la Edad Media y Renacimiento. Son formas arquitectónicas, austeras y sensatas, son el modelo mismo de diseño funcional que J.M. Richards define como: la relación práctica de los fines y los medios a la que atribuye franqueza y simplicidad, el énfasis en la geometría básica de la arquitectura más que en el ritual de los estilos históricos, el empleo de materiales de construcción en una forma que manifieste de manera más potente sus cualidades intrínsecas. He dicho sistemas constructivos porque es un error tratar a la arquitectura de la industria, por muy impresionante que sobreviva sobre su terreno, como si fuera otra tradición monumental. El industrial pensaba en términos de una línea completa de operaciones que abarcaba la producción, almacenamiento y comercialización. Y muy a menudo había viviendas de trabajadores. Los empresarios encontraban de gran eficacia tener a la mano de obra cerca de las fábricas, especialmente en regiones escasamente pobladas y edificaban sencillos grupos de viviendas para tal fin. En ocasiones se llegaba a edificar pequeñas ciudades, en algunas áreas de Inglaterra y en la cuenca de la Flandes francesa, Valonia, el Rhur, la industria minera del carbón controlaba totalmente la urbanización y si las pretensiones del empresario eran de altos vuelos, se podía encargar a un arquitecto diseños más formales. La comunidad industrial del Grand Horm en Bélgica, conservada en la actualidad, es un imponente esquema neoclásico. Un gran trapezoide de 425 casas de trabajadores enmarca la fábrica, símbolo del poder económico. No debemos perder de vista las ideas de la arquitectura industrial. Primero, las construcciones como las fábricas de cerveza, presas, y viviendas de trabajadores no desdeñaban en absoluto la belleza estilística; segundo, el diseño despojadamente utilitario que predominó no era algo peculiar a la escena moderna. Cada época tiene un estilo llano, y no estoy hablando de arquitectura popular. Incluso el barroco, produjo grandes estructuras sin adornos como hospicios y hospitales, sin detalles clasicistas.Y a menudo lo que comienza como una experiencia utilitaria de función y economía puede asumir una estética y pasar a influir en la alta arquitectura�