Objetivo: El objetivo principal es determinar la frecuencia y espectro de hallazgos encontrados en las tomografías computarizadas de cuerpo entero (TC-CE) derivados por un médico de una Unidad de Chequeos, evaluar su distribución según el sexo y edad, y analizar las recomendaciones referidas por los radiólogos.
Materiales y métodos: Se revisó retrospectivamente los 6516 pacientes consecutivos a los que se realizó una TC-CE entre Junio de 2004 y Febrero de 2015. Se incluyeron 6516 pacientes (69% hombres y 31% mujeres; media de edad: 58,4 años).
Todos eran derivados por un médico internista de una Unidad de Chequeos, considerando como criterios de inclusión: edad >40 años, sin sintomatología definida, sin antecedentes personales neoplásicos y con uno o más de estos factores de riesgo (hipertensión arterial, diabetes, aumento del LDL, tabaquismo y sobrepeso u obesidad).
El protocolo de TC-CE en nuestro centro incluye: una TC de tórax de baja dosis sin contraste endovenoso, una TC cardiaca simple sincronizada para cuantificar el calcio coronario, la cuantificación de la densidad ósea y la TC abdomino-pélvica con contraste endovenoso.
Se realizó una revisión retrospectiva de los informes radiológicos y en un segundo tiempo, en Septiembre del 2017, se realizó revisó el estado de salud de los pacientes con un diagnóstico tumoral para valorar su evolución.
Resultados: De todas las TC-CE únicamente se informaron como normales el 1,60%. Las TC-CE anormales fueron significativamente mayores en hombres con respecto a mujeres (98,64% vs 97,87%; p=0,021), con un aumento significativo a medida que el grupo de edad fue mayor (40-49 años: 95,65%; 50-59 años: 98,33%; 60-69 años: 99,47%; >69 años: 99,89%)(p <0,001).
Dentro de los hallazgos más relevantes destacan los relacionados con el riesgo cardiovascular: 63% ateromatosis, >41,03% calcio coronario (el 36,31% con un riesgo cardiovascular moderado-alto) y dilatación/aneurismas en la aorta torácica/abdominal en casi un 5%.
La mayoría de hallazgos fueron benignos, pero dentro de los más destacables están en el tórax: 17,40% bronquiectasias, 17,11% signos de broncopatía crónica, 9,79% enfisema y 7,66% nódulos pulmonares sólidos ≥ 6 mm; en el abdomen: 60,39% esteatosis, 26,95% diverticulosis, 12,72% hernia de hiato y 3,71% aneurismas en la aorta abdominal; y en las estructuras ósea: 59,24% cambios degenerativos, observándose además un 55,7% de densidad ósea disminuida en las mujeres estudiada (37,5% osteopenia y 18,2% osteoporosis).
Pero lo realmente importante fue que se detectaron 96 neoplasias primarias (el 1,47% de todos los pacientes), las más frecuentes: 35 renales, 15 pulmonares, 13 pélvicos, 12 en el tracto gastrointestinal y 11 pancreáticos. Además, de todos ellos, el 69% se diagnosticaron en un estadio I y el 54,17% estaban libres de enfermedad tras un seguimiento medio de 8,4 años.
En relación con las recomendaciones realizadas por los radiólogos, se realizaron un total de 1179 (18,09%), la mayoría (el 78,19%) en relación con hallazgos del tórax y lo más frecuente fue aconsejar algún tipo de seguimiento (69,89%).
Conclusión: Aunque los hallazgos más comunes de la TC-CE dentro de una Unidad de Chequeos son benignos, esta técnica permite identificar un número importante de hallazgos patológicos, con una mayor proporción de resultados anómalos en hombres y con un aumento significativo a medida que la edad es mayor, permitiendo en algunos casos realizar cambios en el estilo de vida de los pacientes o instaurar tratamientos tempranos. Además, también permite detectar diferentes tipos de tumores malignos, la mayoría en un estadio precoz favoreciendo un tratamiento menos agresivo y a veces curativo, y ayudando probablemente a mejorar la supervivencia a largo plazo.
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