En los últimos años, los trastornos respiratorios del sueño y especialmente el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) han generado un interés creciente en la comunidad médica. Se ha demostrado que el SAOS está asociado con el deterioro de la calidad de vida, la hipertensión arterial, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y los accidentes de tráfico. Para poder estudiar la patogenia y las consecuencias de este síndrome se han utilizado modelos animales, sobre todo roedores. En medicina veterinaria, los perros braquiocefálicos presentan alteraciones morfológicas de las vías aéreas superiores (VAS) que pueden provocar una sintomatología semejante a la de los pacientes humanos con SAOS; por ello se les considera un modelo animal natural para este síndrome (Hendricks et al., 1993). El objetivo de nuestro trabajo de tesis doctoral ha sido profundizar en el conocimiento del síndrome obstructivo de vías altas del braquiocefálico (SOVAB) y su relación con el SAOS en humana.
En una primera fase, se ha realizado un estudio histológico comparativo de las lesiones presentes en el paladar blando de pacientes humanos y de perros afectados por enfermedad obstructiva de las VAS. Los principales hallazgos encontrados en los músculos del paladar blando han sido la presencia de edema de la mucosa y de la musculatura, fibrosis y una proporción de fibras musculares morfológicamente anormales (núcleo centralizado, variabilidad del tamaño de fibras y atrofia agrupada de las miofibrillas. Las diferencias observadas entre las muestras patológicas y las muestras control han sido mucho más evidentes en la especie canina que en la humana. La posible explicación a esta observación es que en la especie humana, las muestras control se obtuvieron de individuos de edad avanzada, que no presentaban SAOS, pero en los que no se pudo descartar la presencia de roncopatía crónica.
El estudio inmunohistoquímico de los paladares ha permitido observar la presencia de agrupación de tipos de fibras, la atrofia agrupada de fibras y el aumento de la variabilidad del tamaño de las fibras en las muestras patológicas, hechos indicativos de denervación muscular. Las lesiones neuromusculares observadas en los paladares humanos y caninos, acordes con las descritas en estudios previos, en otros músculos dilatadores de la faringe (Edstrom et al., 1992; Friberg et al., 1997 y 1999; Lindman y Stal, 2002), sugieren su implicación en la patogenia y la progresión de la patología obstructiva de las vías aéreas superiores. A diferencia de lo publicado en otros estudios, nosotros no hemos observado diferencias estadísticamente significativas en el porcentaje de fibras (MyHC-I y II) entre los grupos paciente y control, en ninguna de las dos especies animales estudiadas. Los resultados de este primer trabajo reflejan una similitud en la respuesta, a nivel del paladar blando, a la presencia de la patología obstructiva entre ambas especies.
En un segundo trabajo, hemos descrito las características clínicas del SOVAB, mediante la determinación de varios parámetros [examen físico, radiografía torácica, electrocardiograma, analítica general, niveles de Proteína Reactiva C (PRC), Haptoglobina (Hp) y Troponina cardíaca (cTnI)], en los perros de razas braquiocefálicas visitados debido a la presencia de síntomas compatibles con el síndrome en diferentes centros.
Se estableció una gradación de la sintomatología respiratoria y gastrointestinal de los perros incluidos en el estudio (ausente, leve, moderado y grave). Un 72% de los perros presentaban sintomatología respiratoria grave y un 26% moderada. Una proporción elevada de los perros incluidos en el estudio (88%) mostraban signos gastrointestinales en diferentes grados. Las anomalías de las VAS que más frecuentemente se observaron fueron el paladar elongado y las narinas estenóticas (100% y 96%, respectivamente). La presencia de ventrículos laríngeos evertidos se observó en un 32% de los casos, principalmente en perros de raza Carlino; se detectó hipoplasia traqueal (relación DT/DTx < 0,16) en el 28% de los casos. Un 14% de los perros estudiados (7/50) presentan los niveles de PRC por encima de lo normal (> 20 mg/L); un 22.5% de los animales estudiados (11/49) presentaron los niveles de Hp por encima de lo normal (> 3 mg/L) y un 57.8 % de los perros braquiocefálicos estudiados (22/44) mostraron unos niveles de cTnI elevados (> 0,05). No se ha observado una relación estadísticamente significativa entre los niveles de PRC, Hp y cTnI y la gravedad de la sintomatología respiratoria. Sin embargo, los perros con los ventrículos laríngeos evertidos presentaron una sintomatología respiratoria más grave (p< 0,02) y unos niveles de PRC más elevados (p< 0,044).
En este síndrome no se produce una elevación significativa de los niveles de proteínas de fase aguda (PRC y Hp); sin embargo, los perros con SOVAB que presentaban los ventrículos laríngeos evertidos, mostraron una elevación estadísticamente significativa de la PRC. El alto porcentaje de perros incluidos en este estudio que presentaban unos niveles elevados de cTnI (57,8%), sugiere que el SOVAB provoca cierto daño miocárdico.
Para finalizar, hemos descrito la evolución clínica de los perros braquiocefálicos con SOVAB sometidos a tratamiento quirúrgico. Para ello, se evaluó, prospectivamente, la sintomatología respiratoria y gastrointestinal, el electrocardiograma, la analítica general y los niveles de PRC, Hp y cTnI, en treinta y tres perros con SOVAB, antes y después del tratamiento quirúrgico.
Las alteraciones de las vías respiratorias altas más frecuentemente observadas fueron: la presencia de narinas estenóticas y la elongación e hiperplasia del paladar blando, presente en un 94% (31/33) y en un 100% (33/33) de los casos, respectivamente. La presencia de eversión de los ventrículos laríngeos se observó en el 39,4% de los casos (13/33). En este estudio se han incluido dos técnicas quirúrgicas para resecar el paladar blando: con el bisturí eléctrico (n=21) y con el láser de dióxido de carbono (n=12). Al agrupar los valores de PRC, Hp y cTnI en normales o elevados, se observó que antes de la cirugía, tres (9,1%), seis (18,2%) y trece (39,4%) perros presentaron la PRC, Hp y cTnI elevadas, respectivamente. Dos meses después de la cirugía, cinco (15,1%), once (33,3%) y catorce (42,4%) perros presentaron la PRC, Hp y cTnI elevadas, respectivamente. No se han observado diferencias estadísticamente significativas entre la concentración de PRC y cTnI, antes y después del procedimiento quirúrgico.
Del mismo modo que en otros estudios, la sintomatología gastrointestinal y respiratoria se reduce de forma estadísticamente significativa en los perros con SOVAB, sometidos a tratamiento quirúrgico, indicando que el pronóstico postquirúrgico de estos pacientes es favorable. Según nuestros resultados, la determinación de la PRC, Hp y cTnI no es de utilidad para definir el pronóstico de los perros con SOVAB sometidos a cirugía. Aún así, un porcentaje considerable de los animales estudiados presentaron unos niveles de cTnI elevados, indicativos de daño miocárdico, que no se redujeron después del tramiento quirúrgico. Para poder definir si estos biomarcadores tienen valor predictivo en perros con SOVAB, se requieren estudios con un número mayor de animales. Según el conocimiento de los autores, es el primer trabajo que evalúa la concentración de PRC, Hp y cTn I, antes y posteriormente al tratamiento quirúrgico.
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