La estética de la destrucción del idilio y las figuras de la imaginación en Verdes Valles, Colinas Rojas, de Ramiro Pinilla

• Autores: Javier Feijoo Morote
• Directores de la Tesis: Natalia Vara Ferrero (dir. tes.), Dolores Thion Soriano-Mollá (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea ( España ) en 2019
• Idioma: español
• Tribunal Calificador de la Tesis: Luis Beltrán Almería (presid.), Juan José Lanz Rivera (secret.), Jesús Javier Alonso Carballés (voc.), Christian Manso (voc.), Fatiha Idmhand (voc.)
• Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Literatura Comparada y Estudios Literarios por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
• Materias:
  • Ciencias de las artes y las letras
    • Teoría análisis y critica literarias
      • Critica de textos
      • Análisis literario
• Enlaces
  • Tesis en acceso abierto en: ADDI
• Resumen

  • Los tres tomos de Verdes valles, colinas rojas constituyen, no sólo la obra cumbre de Ramiro Pinilla, sino el núcleo creativo hacia donde fluye toda su obra previa y de donde deriva su obra posterior. El fundamento estético de la obra de Pinilla se halla en la estética de la destrucción del idilio, en su triple faceta, la tierra natal, el amor y el trabajo agrícola. El universo del escritor vizcaíno parte de la plasmación del cronotopo idílico para mostrar, a lo largo de sus páginas, su proceso paulatino de desintegración estética. Los tres rasgos característicos señalados por Bajtín (relación especial del tiempo y el espacio, sublimación de la cotidianeidad y conexión entre la vida y la naturaleza) tienen una traslación destructiva en el proceso que narra la novela. Ésta se inicia, consecuentemente, en pleno arranque de la industrialización vizcaína, lo que provoca la irrefrenable aparición de unas estructuras socioeconómicas y estéticas incompatibles con el estadio anterior. La modernidad no permite que el espacio de la tierra natal pueda permanecer aislado y su tiempo estancado, de modo que el ser humano está condenado a perder su conexión vital con los ritmos ancestrales de su naturaleza conocida. Ese proceso histórico cuenta con unos elementos que han protagonizado la continuidad de esa evolución: las figuras de la imaginación, unas imágenes que representan valores esenciales en la evolución de la humanidad y que han sido analizadas a partir de un acercamiento inevitablemente sincrético.