Introducción: El consumo alimentario adecuado es esencial durante crecimiento del lactante.
Objetivo: Describir los hábitos alimentarios y analizar su efecto sobre el desarrollo físico y neuroconductual del niño pequeño.
Métodos: Estudio longitudinal en 154 recién nacidos seguidos hasta los 30 meses. Variables: historia clínica, antropometría, lactancia, consumo (método de R24h), estado de hierro (hemoglobina y ferritina sérica) y desarrollo neurológico (Escala Bayley), adecuación del aporte nutricional de las fórmulas infantiles comercializadas.
Resultados: Las fórmulas de inicio superan las recomendaciones de retinol, vitamina E, C, vitaminas del grupo B y folatos; y las de continuación, las de vitamina B12. El excesivo consumo de carne, leche y pescado se relaciona con un exceso de proteínas, que contrasta con una alta ingesta inadecuada de vitamina D. La lactancia materna aporta una adecuada cantidad de energía y nutrientes, excepto de vitamina D y hierro, pero se asocia a un mejor desarrollo psicomotor, el cual se ve favorecido por los buenos niveles de hemoglobina. La mayor ingesta de azúcares libres a los 12 meses se asocia a un mayor riesgo de exceso de peso a los 30 meses. Conclusiones: Convendría revisar el aporte de micronutrientes de las fórmulas infantiles, adecuar el aporte de proteínas y de azúcares libres durante la alimentación complementaria, así como planificar estrategias para evitar la deficiencia de vitamina D ya desde la edad infantil; y continuar con la promoción de la lactancia materna.
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