Marginalidad es un término cuyo uso lleva in corporado con frecuencia aspectos negativos en su definición; como carencia, dependencia, incultura, delincuencia, etc. La mayoría de las investigaciones que tratan la marginalidad, lo hacen desde la perspectiva de la exclusión social vinculándola a las condiciones de pobreza material. De igual manera, el término marginalidad enlaza diversas facetas de la vida humana, por lo que podemos estudiarla desde diferentes perspectivas, desde lo cultural, desde la economía o desde lo social, entre otras. Aunque, si buscamos entre las diferentes acepciones del término marginalidad, encontramos alguna, como la planteada, sin ir más lejos, en el diccionario (rae), �ocasión, oportunidad, holgura, espacio para un acto o suceso� (en sentido figurado), que nos ha sorprendido por lo propositivo del término, encontrando una mayor afinidad con los posicionamientos previos de esta investigación. Nuestra inclusión en el territorio de la marginalidad y más concretamente, habitar en el margen, ha supuesto una oportunidad para pensar desde la diferencia, en los valores de determinadas maneras de hacer, que por encontrarse en entornos (marginales) defi nidos por la ocasión o la oportunidad, nos han abierto nuevas claves a posibles reflexiones sobre el habitar. Estas reflexiones en la investigación, han supuesto aperturas a posibles relaciones, tanto en la actual producción de ciudad, como en los modos de habitar contemporáneos, frente a la otra posibilidad de entender la marginalidad más (o exclusivamente) como lastre estructural o problema a resolver, sin por ello querer menospreciar en absoluto esta otra condición, que también formará parte en ocasiones, de nuestro estudio.
Nuestro interés se dirige a dos objetivos, uno, definir el entorno del habitar en el margen, individual o colectivo, relacionado con la acción creadora de espacios, tiempos y/o lugares diferenciados. Donde pretendemos estudiar aquel habitar marginal capaz de convertirse en agente constructor, creador y activador, de dispositivos que proponen diferentes espacialidades y tiempos en el entorno de lo doméstico. Y el otro, explicitar aquello que se sitúa en el margen de lo urbano, como experiencia otra de la ciudad, necesaria por otra parte, si queremos afrontar el carácter plural y diverso de la ciudad y definir por tanto esta otra manera de producir ciudad.
Quizás a priori, buscar en la condición de margen para conocer de la ciudad y del habitar contemporáneos parezca un contrasentido, pero es parte de este trabajo demostrar que esta condición no es casual sino, que forma parte de cualquier intento por definir el habitar contemporáneo como causa y parte de la ciudad actual. Hablar de la otra ciudad, puede ser tan relevante como hablar de ella misma, entendemos que esta otra parte de la ciudad disfruta de cierta condición de libertad, que permite formas y modos des-convencionalizados, de los que es fácil aprender.
Las situaciones analizadas, aparecen como una suma de experiencias creadoras, de habitares, en torno a la �condición de margen�.
La elección de las mismas, no ha sido de manera ordenada, sino más bien resultado de la ocasión en un proceso investigador temporalmente largo.
Hemos trabajado alentados desde nuestra implicación docente, estudiando, a la vez que asistiendo, a tensiones urbanas con una implicación directa en ciertas situaciones al margen, aparentemente efímeras, donde la memoria urbana ha sido testigo de la dinamicidad que embarga a estos quehaceres. Hemos comprobado por una parte, que al situarnos en los espacios de margen, y al conocer el carácter propio de estas situaciones, podemos desvelar nuevas categorías en prácticas urbanas y en formas de habitar. Y por otra parte, hemos desvelado posibles claves para crear �otros� nuevos espacios domésticos que entiendan los nuevos hábitos contemporáneos, que en la ciudad actual se producen. En resumen, intentamos presentar a modo de archipiélago, los habitares, lugares y ciudades encontrados a nuestro paso, como islas, experiencias que se cuentan de manera autónoma, respondiendo a una suma de las partes, por encima del entendimiento o establecimiento del todo, como una teoría diversa e inacabada, respondiendo de esta manera a una actualidad urbana imposible de abarcar desde un solo interés e imposible de unificar. Donde, a nuestro entender, el entrecruzamiento de perspectivas, desde diferentes ámbitos del saber, sería la única manera de poder abordar la complejidad que se nos presenta. Se trata por tanto de una investigación que se mueve entre diferentes disciplinas, encontrando en ello su dificultad, a la vez que su interés y porque no, su actualidad Como observaremos, la investigación se sitúa en relaciones que se producen en cuatro entornos, el doméstico, el social, el urbano, y el espacial. Situando cada uno de los ejemplos investigados, según su cualidad y carácter, entre los entornos que en el esquema de la imagen hemos definido. En cada uno de los capítulos exponemos un similar esquema, y localizamos las situaciones estudiadas en los diferentes entornos de relaciones, aunque es difícil marcar separaciones claras entre ellos, como apuntaremos más adelante, al tratar el método.
Las situaciones estudiadas se mueven en el plano de la experiencia real y en el plano de la experiencia artística. Las experiencias locales reales elegidas son escusas para investigar el carácter de estas relaciones urbanas y habitares, pero que entendemos son extraíbles a otras muchas situaciones similares.
Las experiencias reales estudiadas las enmarcamos física y temporalmente, se trata de experiencias acontecidas en ciudades como Sevilla o Barcelona, afectadas por las transformaciones urbanas originadas con motivos de los diferentes eventos producidos en torno al año 1992, en cada una de ellas y sus consecuencias, directas o indirectas, en los años posteriores.
En el caso de la ciudad de Sevilla, la experiencia elegida, entre las muchas que acontecieron en este tiempo, se centra en las formas de habitar en el asentamiento de Los Perdigones, en la actualidad realojado. En el segundo caso de Barcelona, profundizan en las relaciones de la casa okupada de la calle Metges, relacionadas con las transformaciones urbanas en el entorno que se dio en llamar el Forat de la Vergonya. Y por último, la tercera de las experiencias estudiadas en el margen de lo urbano, trata de la relación urbana y de habitar de un grupo de indigentes en la ciudad de Sevilla, donde hemos estimado necesario, una relación temporal desde lo reciente, con cierta perspectiva de los cambios en los últimos tiempos.
Las experiencias artísticas estudiadas están relacionadas con cada una de las situaciones anteriores, por lo que os remitimos a cada uno de los capítulos correspondientes.
Por todo ello, proponemos una travesía personal que recorre la ciudad, a través de habitares marginales, al encuentro de aquello que de creativo tiene cada situación, definiendo por último, estas situaciones como posibles categorías interpretativas del habitar e instrumentalizándolas desde la perspectiva del proyecto arquitectónico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados