Numerosos autores desde la Expresión Corporal han puesto de manifiesto cómo esta disciplina puede contribuir al desarrollo de la dimensión emocional y social del individuo, en definitiva al desarrollo afectivo del alumno. El objetivo del presente estudio fue evaluar el impacto de la Expresión Corporal sobre la vivencia emocional en una muestra de alumnos universitarios. Para ello se desarrolló, en primer lugar, un estudio cualitativo para seleccionar las emociones más frecuentemente vivenciadas por los alumnos que reciben esta formación, los contextos en los que estas emociones se vivencian y las etiquetas verbales que utilizan para la expresión de las mismas, con esta información se procedió a la elaboración del Custionario de Emociones en el Ámbito Educativo (CEAE) con el que se realizó el estudio para valorar las propiedades psicométricas del mismo. Por último, se diseñó un estudio experimental para comprobar en que medida la Expresión Corporal podría contribuir a modificar la vivencia subjetiva emocional (evaluada a través del CEAE), las Habilidades Sociales (evaluadas con la Escala Multidimensional de Expresión Social parte Motora, el EMES-M de caballo, 1987) y el Binestar Psicológico (evaluado a partir de la escala de Bienestar psicológico, EBP, de Sánchez-Cánovas, 1998). Los resultados apuntan a que la frecuencia y la intensidad con la que las emociones se vivencian, no sufren en general modificaciones como resultado de la intervención de la Expresión Corporal, excepto la vergüenza en las situaciones que son similares a las trabajadas en la intervención (vergüenza en situaciones nuevas y vergüenza en situaciones donde se sienten rídiculos). Contrariamente a lo propuesto por numerosos autores de la Expresión Corporal, tampoco se ha encontrado evidencia que apoye que la impartición de la Expresión Corporal favorezca el desarrollo de las Habilidades Sociales y Bienestar Psicológico. La falta de evidencia empírica que apoye la hipótesis que nos habíamos planteado contrastar y que por otro lado son ampliamente defendidas por numerosos autores de la Expresión Corporal, puede deberse, por un lado, a que la duración la intervención ha sido escasa. Por otro lado, el trabjar la Expresión Corporal con objetivos educativos, donde no sólo se atiende al propio proceso del sujeto que "se expresa" sino que es importante el aprendizaje por parte del sujeto de numerosos contenidos, puede atenuar la incidencia de la Expresión Corporal sobre las emociones. Estos se debe a que no se realiza una intervención específica sobre las emociones, somo se hace en terapia. Por último, también es posible que el instrumento utilizado para para medir la vivencia emocional, no sea sensibles a los cambios provocados como consecuencia de la intervención de la Expresión Corporal.
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