El estudio de la autocrítica ha ganado atención en los últimos años debido a su influjo marcado en diferentes manifestaciones psicopatológicas (Kannan y Levitt, 2013; Shahar et al., 2012; Werner, Tibubos, Rohrmann, y Reiss, 2018), así como la peor respuesta al tratamiento que ofrecen las personas que presentan una elevada autocrítica (Marshall, Zuroff, McBride, y Bagby, 2008; Rector, Bagby, Segal, Joffe, y Levitt, 2000). Además, hasta donde hemos podido conocer, no hemos encontrado pruebas específicas de evaluación de las formas de autocrítica en población española. Debido a estas circunstancias, nuestro interés está puesto en la adaptación a castellano (estudio 1) de dos escalas de autocrítica (Forms of Self-Critificsm/ Attacking and Self-Reassuring Scale, FSCRS, y Funcitions of Self-Criticism/ Attacking Scale, FSCS; Gilbert, Clarke, Hempel, Miles, y Irons, 2004). La escala FSCRS es ampliamente utilizada con objetivos de investigación. Los resultados obtenidos nos permiten contar con una escala que mide tanto la intensidad de la crítica como sus formas, además de un factor que evalúa la capacidad de ser autotranquilizador (FSCRS). La estructura factorial obtenida en la escala de formas de autocrítica apoya los resultados del estudio original, así como en otras adaptaciones y estudios posteriores (Halamová et al., 2018). Igualmente, nuestros datos replican los de Gilbert, Clarke et al. (2004) en cuanto a la estructura factorial de la escala de funciones. Ambas escalas han mostrado una adecuada consistencia interna. Además, el estudio de mediación apoya que la función más patógena a la autocrítica (Autopersecución) actúa sobre la depresión a través de los tres factores de autocrítica, mientras que la función Autocorrección genera cambios en la sintomatología depresiva por una vía más específica. El análisis de resultados revela que la capacidad de ser autotranquilizador modera el impacto de la autocrítica sobre la depresión, mientras que puntuaciones altas en autocompasión pueden hacer una moderación de mayor magnitud. También, hemos evaluado la eficacia de un tratamiento dentro del marco de la Terapia Focalizada en la Emoción (TFE) en un diseño de ensayo completamente aleatorizado (Randomized Control Trial, RCT) (Estudio 2). Se hicieron sesiones de terapia individual (10-12 sesiones) con el objetivo de suavizar o resolver los problemas con la autocrítica, por lo que se ha hecho especial énfasis en el trabajo de la tarea de las dos sillas. Además de la autocrítica, se ha tomado como medidas de resultado la depresión (BDI-II), la capacidad de ser autocompasivo (SCS), la sintomatología general (CORE-OM) y los problemas interpersonales (IIP-32). Nuestros resultados revelan que la intervención TFE es eficaz para el tratamiento con pacientes autocríticos, rebajando la forma de autocrítica que genera sentimientos de inadecuación a los 3 meses de seguimiento y produciendo una mejora continua en la autocompasión desde la finalización del tratamiento hasta en el seguimiento a los 3 meses. Además, las puntuaciones de autotranquilizarse y de depresión se modifican de forma estadísticamente significativa como efecto del tratamiento, aunque no se mantiene dicho efecto a los 3 meses. Los tamaños del efecto son comparables a los referidos por otros estudios de corte humanista-experiencial (Angus, Watson, Elliott, Schneider, y Timulak, 2015; Ellitott, Watson, Greenberg, Timulak, y Freire, 2013). También hemos analizado la capacidad predictiva de la alianza terapéutica, informada por paciente y terapeuta, en los cambios de las puntuaciones de las medidas de resultados.
The study of self-criticism has gained attention in recent years due to its marked influence on several psychopathological manifestations (Kannan and Levitt, 2013; Shahar et al., 2012; Werner, Tibubos, Rohrmann, & Reiss, 2018), as well as the worse response to treatment offered by people with high self-criticism (Marshall, Zuroff, McBride, & Bagby, 2008; Rector, Bagby, Segal, Joffe, & Levitt, 2000). Also, as far as we know, we have not found specific evidence to assess the intensity and forms of self-criticism in Spanish population. Due to these circumstances, our interest is in the adaptation to Spanish (study 1) of two scales of self-criticism (Forms of Self-Critificsm / Attacking and Self-Reassuring Scale, FSCRS, and Funcitions of Self-Criticism / Attacking Scale, FSCS; Gilbert, Clarke, Hempel, Miles, & Irons, 2004). The FSCRS scale is widely used for research purposes. The results obtained allow us to have a scale that measures both the intensity of the criticism and its forms, as well as a factor that evaluates the ability to be self-reassurance (FSCRS). The factor structure obtained in the scale of forms of self-criticism supports the results of the original study, as well as in other adaptations and later studies (Halamová et al., 2018). Likewise, our data replicates Gilbert, Clarke et al. (2004) factorial structure of functions’ scale (FSCS). Both scales have shown adequate internal consistency. In addition, the mediation study supports that the most pathogenic function of self-criticism (Self-persecution) impacts on depression through the three factors of self-criticism, while Self-correction generates changes in depressive symptomatology by a more specific route. The analysis of results reveals that the ability to be a self-reassurance makes a moderation of the impact of self-criticism on depression, while high scores on self-compassion can make higer magnitude moderation than self-reassurance. Also, we have evaluated the efficacy of a treatment within Emotion-Focused Therapy (EFT) framework. We performed a Randomized Control Trial (RCT) design. Individual therapy sessions (10-12 sessions) were made in order to soothe or solve problems with self-criticism, because of that special emphasis has been placed on the two-chair work. In addition to self-criticism, we measured depression (BDI-II), self-compassion (SCS), general symptomatology (CORE-OM) and interpersonal problems (IIP-32). Our results reveal that the EFT intervention is an effective treatment for self-critical patients, reducing the form of self-criticism that generates inadequacy emotions at 3 months of follow-up and producing a continuous improvement in self-compassion at the end of treatment and in the 3 months follow-up. In addition, the self-reassurance and depression scores are statistically significantly modified as a treatment effect, although this effect is not maintained at 3 months follow-up. The effect sizes are comparable to those reported by other humanistic-experiential studies (Angus, Watson, Elliott, Schneider, & Timulak, 2015; Ellitott, Watson, Greenberg, Timulak, & Freire, 2013). We have also analyzed the predictive capacity of the therapeutic alliance, informed by patient and therapist in the changes in the scores of the outcome measures.
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