Este trabajo pretende demostrar si hay datos suficientes que nos indiquen que el emperador Adriano tenía una política religiosa predeterminada o si, simplemente, las medidas que tomó a este respecto fueron casuales y fruto del momento y circunstancias de cada caso concreto.
La elección de este tema concreto corresponde al interés personal por la cultura clásica en general, especialmente centrada en el imperio romano, algo que ha estado muy presente en mi vida desde antes de que pueda recordar. Y junto a esto, por supuesto, a la figura histórica del emperador Adriano, compatriota y personaje complejo, lleno de contradicciones y objeto de diferentes interpretaciones a lo largo de la historia, lo que lo hace aun más interesante si cabe.
Y, una vez centrados en Adriano, nos toca seleccionar un tema dentro del amplio abanico de que disponemos. La elección aquí, por supuesto, también fue fácil, ya que la religión ha sido una parte fundamental, desde mi punto de vista, para comprender la política, muy utilizada por gobernantes en todos los periodos de la historia, y que, por alguna razón, parece excluirse de la mayoría de los estudios políticos.
Por tanto, y teniendo en cuenta mis preferencias personales, me encontré con ciertos estudios que trataban temas referentes a la romanización pero que eran vistos desde una nueva perspectiva bastante atrayente para el lector contemporáneo, la de la romanización vista como globalización, y me di cuenta de que el inicio de mi trabajo estaba ahí, llamándome, de que podía estudiar esta nueva perspectiva pero aplicada no solo a la política en general, si no a la política religiosa del emperador que más parecía concordar con esa visión, según el conocimiento que ya tenía de él por mi trabajo fin de máster.
Para ello, y ya de lleno en la tesis, empezamos preguntándonos por la romanización y el estado de la cuestión, llegando, como se ha dicho antes, a la conclusión de que esa nueva visión sobre ésta es mucho más adecuada y se adapta, además, y como veremos a lo largo del trabajo en los diferentes capítulos, a esta política de Adriano.
En segundo lugar, estudiamos el estado de la cuestión de la religión romana, ya que este es el campo concreto de la política de Adriano que pretendemos estudiar.
A continuación, se hace un breve recorrido por la biografía del emperador, para entender mejor su carácter y circunstancias.
La segunda parte del trabajo se centra en las fuentes, los hechos demostrables. Aquí es donde se realiza el análisis de las fuentes literarias, numismáticas, epigráficas y arquitectónicas.
Teniendo ya claros el qué (fuentes), cómo (metodología), dónde y cuándo (contexto histórico), junto con el enfoque conceptual que nos dan la romanización-globalización y la religión, llegamos a la parte más importante, la interpretación, el por qué, con las reflexiones y conclusiones correspondientes a todo ese estudio llevado a cabo hasta ahora.
La conclusión, como ya se preveía al principio, resultó ser acertada y bastante reveladora en cuanto a su forma y planificación, por lo que podemos afirmar que esta política religiosa de Adriano sí que pretendía una globalización del imperio, era a su vez globalizada y globalizante, y se puede interpretar que, mediante ella, entre otros diferentes aspectos, se consiguió mantener la paz, casi de forma continua, durante su reinado. Tenemos, por tanto, una globalización que pretende la unificación y pacificación del imperio, y que se lleva a cabo, entre otras medidas, pero de forma especial, con la política religiosa que planea el emperador.
Como finalización del trabajo, se incluyen los apéndices con los documentos correspondientes a las fuentes, para facilitar su búsqueda.
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