Una propuesta de superación de la cuestión de la gratuidad de los procesos de nulidad matrimonial en el marco del conjunto de la pastoral familiar.
Esta tesis propone la eliminación de las tasas judiciales como parte de una gran propuesta para ayudar a las familias en estos momentos de dificultad.
Las tasas judiciales no son altas, ni mucho menos. Sin embargo, tienen la capacidad de distorsionar la naturaleza del proceso. El impacto que tienen en las partes y en la opinión pública es grande por su propia naturaleza, no por su valor, sino por la relación que crean entre el tribunal y la persona que se encuentra bajo su jurisdicción.
La gratuidad favorece que se valore el trabajo del tribunal. Si el servicio recibido ha sido pagado, al menos en parte, la posición del fiel se identifica con la del cliente. Si el servicio es un don, cualquiera que sea el resultado, la parte puede aceptarlo como tal.
¿Cómo conciliamos entonces la gratuidad sin comprometer la calidad de los servicios ofrecidos por los tribunales? ¿De dónde obtenemos el dinero para pagar a los mejores abogados, financiar la formación continua de los jueces, implantar sistemas eficaces de atención a los matrimonios, mientras se ofrecen servicios gratuitos? ¿Podemos todavía aspirar a una pastoral familiar integral que incluya tribunales bien financiados, cursos prematrimoniales, unidades de terapia familiar, etc.? Palabras clave: Gratuidad tribunales eclesiasticos "A proposal to overcome the question of the gratuitousness of marriage nullification processes within the framework of the whole of pastoral care of the family".
This thesis proposes the elimination of legal fees as part of a great proposal to help families in these difficult times.
Judicial fees are not high, far from it. However, they have the capacity to distort the nature of the process. The impact they have on the parties and on public opinion is great by its very nature, not because of its value, but because of the relationship they create between the court and the person under its jurisdiction.
The fact that they are free of charge helps to ensure that the work of the court is valued. If the service received has been paid for, at least in part, the position of the faithful is identified with that of the client. If the service is a gift, whatever the result, the party can accept it as such.
How then do we reconcile gratuity without compromising the quality of the services offered by the courts? Where do we get the money to pay for the best lawyers, finance the ongoing training of judges, set up effective systems of care for married couples, while offering free services? Can we still aspire to a comprehensive family pastoral care that includes well-funded tribunals, pre-marital courses, family therapy units, etc.
Key words: Gratuity eclesiastical tribunals
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