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Resumen de Efectos de un entrenamiento de fuerza con material elástico versus medio acuático sobre la composición corporal, el hueso, el rendimiento motor y el bienestar en mujeres mayores

Alvaro Juesas

  • El ejercicio físico en general y el entrenamiento de la fuerza en particular es una estrategia eficaz para prevenir y/o revertir determinadas alteraciones fisiológicas, cognitivas, emocionales y del rendimiento motor de las personas mayores. Para poder entrenar la fuerza, además del propio peso corporal, existen diversos materiales tradicionales como por ejemplo los pesos libres o las máquinas. Estos dispositivos, a pesar de ser efectivos, muchas veces resultan costosos, de difícil acceso o incómodos para las personas mayores. Por este motivo, es importante buscar alternativas a estos dispositivos utilizando otros más novedosos, económicos y accesibles como por ejemplo son los materiales de resistencia variable en su forma de elástico o en el medio acuático.

    Pese a que ya se han realizado estudios que demuestran que el entrenamiento de la fuerza con materiales elásticos o en el medio acuático pueden ser igual de efectivos que otros dispositivos más tradicionales, no existen suficientes evidencias científicas que hayan analizado las posibles diferencias entre ellos en cuanto a los efectos que se pueden lograr con su utilización, aplicados a una población de adultos mayores. De esta manera, el presente estudio trata de comparar la eficacia de un entrenamiento de fuerza utilizando materiales elásticos versus el medio acuático sobre la composición corporal, el hueso, el rendimiento motor y el bienestar físico, psicológico y social, en una población de mujeres mayores sedentarias.

    Para ello, se llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado durante 32 semanas con una muestra compuesta por 84 mujeres mayores sedentarias, divididas en tres grupos. El primer grupo entrenó con tubos elásticos (GT) (n=27); el segundo grupo realizó un entrenamiento equivalente en el medio acuático (GA) (n=26); y el tercer grupo (GC) correspondió al grupo de seguimiento o control que no realizaba ningún tipo de actividad física habitual en su estilo de vida del tipo sedentario (n=31). Los dos grupos experimentales realizaron un entrenamiento de la fuerza, con una frecuencia de 2 sesiones por semana, y en las que realizaron 6 ejercicios enfocados a desarrollar la fuerza de las extremidades y del tronco a una intensidad moderada-alta. Las variables estudiadas en esta investigación fueron la composición corporal (porcentaje de grasa total), el hueso (CMO, DMO, y T-Score de la cadera y la columna), el rendimiento motor (resistencia muscular, fuerza isométrica, fuerza isocinética, agilidad, equilibrio dinámico y estático, y resistencia aeróbica), y el bienestar físico, psicológico y social (función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional, y salud mental). Para su análisis estadístico, se utilizó el programa SPSS 22. Inicialmente se comprobó la asunción de la normalidad y homogeneidad de las variables dependientes con las pruebas Kolmogorov-Smirnov y Levene, respectivamente. Posteriormente se utilizó un análisis de la varianza unidireccional (ANOVA) de medidas repetidas para determinar los efectos del protocolo de entrenamiento en el tiempo (basal y 32 semanas) y por grupo (control; elásticos; medio acuático) sobre las variables dependientes analizadas de composición corporal, hueso, y rendimiento motor. Cuando se encontraron diferencias significativas se aplicó una prueba post hoc de Bonferroni para determinar entre qué grupos se dieron dichas diferencias. Se realizó, además, una prueba T para muestras relacionadas para detectar una posible diferencia a lo largo del tiempo para cada grupo. Con el fin de determinar los efectos del protocolo de entrenamiento sobre las variables dependientes no paramétricas del bienestar físico psicológico y social, se aplicó la prueba de U de Mann-Whitney para comprobar las posibles diferencias entre grupos y la prueba de Wilcoxon para analizar las posibles diferencias en el tiempo. Para cuantificar la magnitud de la diferencia a lo largo del tiempo para cada grupo y también entre grupos se calculó el tamaño del efecto. Además, para destacar la existencia de posible relevancia clínica de los hallazgos se calculó la mínima relevancia clínica (MRC) de cada variable y se determinaron aquellas que alcanzaron las magnitudes mínimas positivas. Para la totalidad de los análisis realizados se aceptó un nivel de confianza del 95% (significación de p ≤ 0.05).

    Tras la intervención, ninguno de los grupos redujo significativamente su índice de grasa corporal. Solo el GA obtuvo mejoras estadísticamente significativas en las variables DMO (+6.9%) y T-Score (-18.6%) del triángulo de Ward, y CMO (+5.1%), DMO (+1.4%) y T-Score (-12%) del total de la cadera. Con referencia a las miembros superiores, tanto el GT como el GA obtuvieron mejoras significativas, tanto a nivel intra-grupos como con respecto al GC, pero no entre grupos experimentales, en la fuerza resistencia (GT = +74.7%; GA = +71.8%) y fuerza isométrica (GT = +68.3%; GA = +78,1%), mientras que sólo el GA obtuvo mejoras significativas en la fuerza isocinética (+29.2% a 180°/s y +39.7% a 60°/s). Con referencia a las miembros inferiores, los dos grupos obtuvieron mejoras estadísticamente significativas en la fuerza resistencia (GT = +110.2%; GA = +95.7%), fuerza isométrica (GT = +103.1%; GA = +93.2%) y fuerza isocinética (GT = +17.1% a 180°/s y +12.2% a 60°/s ; GA = +24.3% a 180°/s y +21.4% a 60°/s), existiendo diferencias significativas entre ambos grupos y el GC, pero no entre ellos a excepción de en la fuerza resistencia de las piernas (p = 0.018). Los dos grupos experimentales obtuvieron mejoras significativas en las cuatro pruebas de equilibrio estático (ROA: GT = -34% y GA = -48.1%; ROC: GT = -44.1% y GA = -52.8%; RGA: GT = -50.7% y GA = -45.8%; RGC: GT = -53.7% y GA = -47.2%), en la agilidad y equilibrio dinámico (GT = -27%; GA = -24.6%), y en la resistencia (GT = +14.2%; GA = +11.7%), sin embargo, pese a que existieron diferencias significativas con respecto al GC, no existieron entre ellos. Finalmente, y pese a que no existieron diferencias significativas entre los grupos experimentales, solo el GA mejoró significativamente en todas las variables del bienestar, tanto en las que se engloban en la salud física (SG = +25.7%; FF = +22.1%; RF = +41.5%; DC = +41.7%), como en las que pertenecen a la salud mental (RE = +47.5%; FS = +13.2%; VT = +30.5%; SM = +16.2%), e incluyendo la autoevaluación anual (+78.1%), mientras que el GT solo mejoró significativamente en las variables que corresponden a la salud física (SG = +23.1%; FF = +10.3%; RF = +13%; DC = +20.9%) y la autoevaluación anual (+33.4%).

    Así pues, el presente estudio de investigación permite corroborar que el entrenamiento de la fuerza aplicado tanto con materiales elásticos como realizado en el medio acuático resulta un buen recurso para mejorar la composición corporal, el rendimiento motor y el bienestar en mujeres mayores. A su vez, permite sugerir que un entrenamiento de la fuerza en el medio acuático con un control estricto a nivel metodológico y enfocado a la potencia, podría resultar una estrategia más eficaz para aumentar la fuerza isocinética de las extremidades y para mejorar o mantener la salud ósea en este colectivo. Sin embargo, aún es necesario desarrollar estudios con mayor duración para poder confirmar definitivamente los hallazgos inéditos obtenidos en el presente estudio.


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