En la memoria se presenta un estudio detallado de la composición de diversos fragmentos procedentes de 28 muestras históricas de vidrios procedentes de la Catedral de León y una del Monasterio de Pedralbes, para lo cual se han utilizado diversas técnicas analíticas tales como: microscopía electrónica de barrido, espectrometría de reflexión IR, Difracción de rayos X, espectrometría de fluorescencia de rayos X, espectrofotometría de absorción atómica, fotometría de llama, espectroscopía de emisión por plasma ICP, unas para examen cualitativo y otras con fines cuantitativos.
Se ha comprobado por su composición la diferente época de fabricación de los vidrios y el deterioro que sobre ellos han provocado las distintas condiciones ambientales, pudiendo demostrarse que algunos vidrios catalogados como medievales corresponden realmente a la época renacentista, lo cual sirve también para poner de manifiesto la utilidad de las técnicas espectroscópicas atómicas.
Con respecto a la agresión química se ha podido constatat que aquellos vidrios que estaban decorados con grisallas presentaban una mayor resistencia al ataque atmosférico.
En las costras de alteración analizadas se ha constatado una mayor presencia de carbonato, frente a lo hoy día habitual- sulfato-, ello es debido a que estos vidrios fueron retirados en épocas anteriores a la gran presencia de componentes sulfurados en el entorno.
La composición química de los vidrios constituye sin lugar a dudas el factor más determinante de su grado de deterioro. De este modo contenidos en sílice superiores al 55% proporcionan al vidrio una mayor resistencia a los ataques por agentes químicos, mientras que las muestras con contenidos en óxido de potasio superiores al 15% en peso, presentan picaduras frecuentes, que a medida que este porcentaje incrementa dan lugar a cráteres profundos y hasta a gruesas costras de corrosión.
Se han formulado y preparado cu
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