A fin de aportar datos referentes a la inclusividad de las sociedades respecto a ciudadanos de distintos orígenes nacionales en el contexto europeo, esta tesis reúne una serie de estudios empíricos con los que abordar la construcción social de la ciudadanía en dos de sus dimensiones analíticas: la socioidentitaria y la sociopolítica. En la primera, analizamos el sentimiento de pertenencia grupal a través de la confianza y en la segunda abordamos las expectativas sobre el derecho y el peso de la participación en el sistema electoral del migrante europeo. La finalidad perseguida al situar el foco de atención sobre la inclusividad de las sociedades es el de hacer emerger las aristas geopolíticas sobre las que tal inclusividad se asienta. Así, lo que confía en general en gentes de otros países o del propio y las actitudes sociales ante las posibilidades de participación política en las propias comunidades de los que vienen de fuera o de los que se fueron, son las fórmulas empleadas para recorrer algunas de estas aristas; indicadores que se han revelado significativos a la hora de plantear cuestiones sociopolíticas sobre la construcción del capital social general de los países y su permeabilidad democrática.
Para el estudio de la temática socioidentitaria de la ciudadanía se sitúa el foco de atención en la confianza social; una variable de marcado carácter subjetivo que, a pesar del consenso en cuanto a su valor en las estructuras sociales, ha mostrado componerse de una naturaleza dinámica y multidimensional que la convierte en una variable ambivalente en el análisis empírico. En nuestra propuesta nos acercarnos a su estudio matizando esta “disposición en confiar en los demás” por la caracterización de ese otro desconocido en el cual depositar la confianza en base a su identificación nacional, para así observar la modulación de la confianza dentro del grupo y hacia otros grupos nacionales. El caso de estudio escogido, la Checoslovaquia de 1990, ofrece un marco espacial y temporal de intensas transformaciones sociales desde el cual la confianza social sugiere contenidos socialmente sustantivos. La propuesta interpretativa de la confianza social desde este caso es doble. En primer lugar, el elemento tiempo se impone en el análisis indicando que la confianza desarrollaba la función de capitalizar lo social para un proyecto de futuro haciendo aflorar las ideas construidas socialmente sobre la otredad en un mapa geopolítico en el que opera la nacionalidad. En segundo lugar, capitaliza sobre un espacio claramente definido por fronteras nacionales. Lo primero da cuenta de la función social de la confianza en la reducción de la incertidumbre, que si bien es inherente al futuro, puede exacerbarse en momentos de grandes cambios que requieran de la activación de las redes “débiles” de la confianza social. Lo segundo nos señala la consistencia de la nacionalidad como espacio significativo para la definición de grupo (y de capital social); en consonancia con la construcción en el continente europeo de un proyecto de integración regional basado en los Estados-nación.
Los estudios que forman parte de la dimensión sociopolítica de la ciudadanía indagan en las actitudes sociales respecto a la apertura o clausura de los respectivos modelos de representación política (de base nacional) ante las posibilidades de participación política de los migrantes intraeuropeos; un otro que ya cuenta con ciertos derechos políticos bajo la fórmula (en construcción) de ciudadanía europea. A partir del estudio de estas actitudes más o menos aperturistas podemos evaluar y comparar el estado de esta cuestión en el ámbito europeo. Nuestros resultados muestran un mapa en el que las actitudes sociales por país se encuentran distintamente ancladas en coordenadas de inclusividad o exclusividad por un lado (cosmopolita/sin-derechos) y de concepciones de arraigo del derecho por otro (orientación Nación/Estado relacionados conceptualmente con ius sanguinis e ius solis). Destacan las diferencias entre los países del espacio europeo en función de estos criterios y la aparición de clústeres de países en los tipos definidos por estas coordenadas. Si bien es probable que las posiciones de los países varíen en el tiempo, esta tipología elaborada a partir del estudio de las opiniones sociales sobre el derecho de voto en origen y destino del migrante europeo muestra capacidad descriptiva y explicativa. Asimismo, su valor heurístico se consolida en el estudio sobre las preferencias de candidatos electorales según su nacionalidad.
Los resultados de los estudios en esta dimensión muestran, además, una actitud favorable por parte de la opinión pública hacia una ampliación del derecho de voto, incluso en las elecciones generales. Resultados que, sumados a los del estudio sobre el empoderamiento percibido del migrante europeo, nos llevan a reforzar la idea de una tendencia social general hacia actitudes inclusivas en el sistema de representación política del migrante europeo. En general, los datos sugieren que los sistemas sociales se muestran receptivos a entender la inclusión de los residentes europeos no-nacionales como una mejora de la participación democrática. Asimismo, los datos obtenidos de la expectativa social sobre los derechos políticos con los que el migrante europeo cuenta, incluso más allá de los derechos realmente adquiridos por los intramigrantes en virtud de los acuerdos europeos sobre ciudadanía, se convierte en una suerte de reconocimiento de derecho concedido prima facie por los tribunales de la opinión pública en base a su percepción de la apertura democrática.
En suma, los resultados obtenidos abren el camino a nuevas investigaciones sobre la sustantividad de la confianza social en el capital social, así como el modo en que se definen las sociedades europeas en cuanto a la inclusividad política y el carácter cosmopolita.
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