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Todo lo que la boca come: flujos, rupturas y fricciones de la capoeira en Madrid

  • Autores: Menara Lube Guizardi
  • Directores de la Tesis: Carlos Giménez Romero (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad Autónoma de Madrid ( España ) en 2011
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Pilar Monreal Requena (presid.), Liliana Suárez Navaz (secret.), Annelou Ypeij (voc.), Carles Feixa Pàmpols (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Dialnet Métricas: 1 Cita
  • Resumen
    • En octubre de 2006 nos encontramos por vez primera con una rueda de capoeira en el cruce de las calles Montera y Gran Vía, en pleno centro de Madrid. Aquél sería el primer de los numerosos encuentros con los colectivos de capoeiristas ¿de Madrid¿, cuyas historias, vivencias, conflictos y alianzas narramos en la tesis ¿Todo lo que la boca come. Flujos, rupturas y fricciones de la capoeira en Madrid¿. Pero la jornada que dio origen a la tesis empezó un año antes, en el municipio de Vitória (Estado de Espírito Santo, sureste de Brasil), cuando investigábamos los movimientos de artistas que luchaban por la preservación de la memoria afro-descendiente. Fue en el marco de esta anterior investigación que empezamos a frecuentar las lecciones ofrecidas por una agrupación de capoeira en un barrio de clase-media . Era llamativo el que la capoeiragem fuera parte de la historia de vida de todos los líderes de los movimientos que estudiábamos, que se referían a ella como una especie de ¿práctica corporal de la memoria¿. Apostamos entonces por conocer esos códigos corporales y así ganar elementos de comunicación con los que establecer mejores vínculos con los colectivos artísticos que investigábamos.

      Las clases de capoeira a las que acudimos eran impartidas por el Profesor Rodrigo (hoy en día, Contramestre Rodrigo), en el Club Deportivo de la Policía Militar. En el primer día, a modo de introducción al universo en que nos sumergíamos, el capoeirista nos explicó que su trabajo de enseñanza y su propia formación se debían al colectivo al que pertenecía, que definía como su ¿raíz¿ en el arte. Su grupo era no solamente el referente que le había ofrecido su ¿estilo de juego¿, su ¿metodología de enseñanza¿, su ¿filosofía capoeirana¿. Era también una institución en cuya jerarquía estaba plenamente integrado y en la cual socializaba a sus propios alumnos:

      ¿Todo lo que hago aquí es supervisado por Mestre Peixinho, de Río de Janeiro. Peixinho es mi Mestre. ¿Tú lo conoces? Es uno de los más importantes Mestres de Brasil, tiene mucha tradición en la capoeira¿. (Rodrigo, conversación personal. Marzo, 2005).

      Rodrigo era uno de los representantes del colectivo denominado Grupo Senzala, y tenerle como profesor significaba vincularse a ésta agrupación. Significaba participar de las actividades organizadas en las calles, plazas y playas, y frecuentar las clases de diversos profesores vistiendo la camisa y los pantalones con el emblema del grupo. Significaba también acudir a los muchos viajes nacionales destinados a visitar otras sedes locales del colectivo, y respetar (sobre todas las cosas) el legado de Mestre Peixinho. Estar allí implicaba pertenecer a un tipo de colectividad con un fuerte sentido de distribución interna del poder: una jerarquía basada en la figura de los mestres y diseminada en la enseñanza de la divertida, peligrosa y seductora cultura corporal del juego de capoeira. La fidelidad a los líderes de la agrupación parecía superar incluso la barrera de la distancia geográfica: Rodrigo respetaba y era orientado por un mestre que vivía a 600 kilómetros de Vitória, y al que iba a visitar constantemente, pese a las circunstancias laborales difíciles y a los problemas económicos de quienes viven de la capoeira en Brasil.

      El Senzala es actualmente uno de los más importantes agrupamientos de capoeiristas de Brasil y del mundo. Se originó en los inicios de la década de 60, recibiendo el actual nombre entre 1966 y 1967. Fue creado por los hermanos Flores (Paulo, Rafael y Gilberto) en Laranjeiras, un barrio noble (situado en la ¿Zona Sur¿) de Río de Janeiro (Brasil) (Assunção, 2005). Los hermanos eran parte de una familia emigrada de la ciudad de Salvador de Bahía, en la región noreste. Todos los años, sin embargo, viajaban los 1.674 kilómetros que separan Río de Salvador para pasar las vacaciones en su tierra natal. En uno de estos viajes, fueron llevados por un primo a la escuela de capoeira del leyendario Mestre Bimba, donde se iniciaron en la capoeiragem. Al volver a Río de Janeiro decidieron seguir entrenando por cuenta propia, ya que no habían encontrado profesores que actuasen en la Zona Sur. Anualmente, no obstante, seguían su peregrinación hacia Salvador, donde tomaban clases con los ¿grandes maestros de Bahía¿. Al regresar al sureste, retomaban los entrenamientos organizados en encuentros grupales que fueron atrayendo cada vez más adeptos. En menos de una década, lo que era una actividad de jóvenes en los patios de la comunidad de vecinos, se convirtió en el más numeroso colectivo de capoeiristas de la ciudad de Río de Janeiro. Dos décadas más tarde, en mediados de los años 80, el Senzala ya tenía representantes en casi todos los estados federales de Brasil. El paso siguiente fue expandirse más allá de las fronteras nacionales brasileñas, apoyándose para ello en la misma estructura organizativa que caracterizó su diseminación en Brasil. Lo suyo es una ¿grassroot globalization¿, realizada por redes de redes de contactos personales que van tomando vida a partir del cuerpo a cuerpo de la capoeira. Entre 2006 y 2010, investigando las redes de la capoeira en Madrid, averiguamos que el Senzala llevaba a cabo sus actividades de enseñanza en aproximadamente 50 ciudades, distribuidas entre 15 diferentes países del continente Europeo. En agosto de 2008, cuando regresamos a Brasil tras casi dos años de trabajo de campo junto a las agrupaciones de capoeira de Madrid, visitamos las clases del Grupo Senzala en Vitória. Las lecciones continuaban, pero Rodrigo (recién promovido a Contramestre de Capoeira) había emigrado a Australia, donde lideraba una sede local de la agrupación. En su lugar encontramos Flanklin, su alumno más experimentado que asumió por designio del propio Rodrigo todas sus clases (en cinco diferentes espacios de la ciudad):

      ¿Yo soy alumno de Contramestre Rodrigo y estoy llevando su trabajo aquí¿ Pero todo lo que hago aquí es supervisado por Rodrigo¿. (Franklin, conversación personal, agosto de 2008).

      Franklin reproducía la misma sentencia que escuchamos de Rodrigo dos años antes. La diferencia estaba en que éste último, ya bastante reconocido en la jerarquía del Senzala, se había consolidado como líder del colectivo en Vitória, y Franklin no necesitaba referirse al mestre fundador (Peixinho) para legitimar las clases que impartía. Esta breve escena ilustra el modus operandi de las redes de la capoeira: el mestre (líder legítimo y figura central del grupo) forma a sus discípulos en un proceso que puede durar hasta tres décadas. Mientras se forma, el discípulo imparte clases, socializando y formando nuevos alumnos que estarán conectados a él y al mestre. Cuando el discípulo reúne los requisitos necesarios para graduarse de contramestre o mestre, se gana una ¿carta de autonomía¿ que le permite desarrollar el trabajo de enseñanza de forma más independiente, incluso formando capoeiristas a niveles técnicos más elevados. Contando con un número expresivo de alumnos avanzados, el contramestre puede expandir sus redes de actuación y liderazgo, implicando a sus alumnos en las tareas de enseñanza. Eso era exactamente lo que había realizado Rodrigo al entregar sus clases a su alumno y marcharse en busca de nuevos espacios hacia donde expandir el grupo. La agrupación liderada por el capoeirista en Australia estaba conectada con la de Vitória: ellas eran parte de una misma ¿rama del Senzala¿.

      Este modelo de expansión nacional e internacional que el Senzala llevó a cabo es un fenómeno que ocurrió con centenas de otros colectivos de capoeiristas en Brasil. Entre los años ochenta y noventa, los grupos nacidos en las ciudades brasileñas como movimientos locales ¿ algunos con carácter de asociación cultural, unos cuantos con carácter deportivo, y otros con carácter de defensa de la identidad negra ¿ cruzaron las fronteras nacionales para establecerse en diversos países del mundo. Agrupaciones como el Capoeira Brasil; el Beribazú; el Capoeira Gerais; el Cordão de Ouro; la Federação Internacional de Capoeira Angola; el Zambiacongo; la Associação de Capoeira Descendentes de Pantera; el Grupo Muzenza; el Grupo Nação Capoeira; el Capoeira Nagô (entre tantos otros) se han convertido en organizaciones multi-territoriales. Assunção calculaba, en 2005, que la capoeira había alcanzado nada más y nada menos que 155 países del globo, representándose en Asia, África, Europa (del Este y Oeste; del Norte, Centro y Sur), América (del Norte, Central y del Sur), Caribe, Oceanía y Oriente Próximo. Una expansión que en treinta años (1975-2005) convirtió un fenómeno etiquetado como cultura nacional (y muchas veces folclórica) de Brasil, en una realidad global: una práctica cotidiana en el espacio urbano de incontables ciudades de todo el mundo. Esta expansión fue posible gracias al sistema de lealtades interna que da sentido a las redes grupales de la capoeira.

      Por la cantidad y variedad de eventos que desencadenó en escalas geográficas muy variadas, la expansión de los grupos de capoeira constituye un fenómeno privilegiado para el estudio de la construcción de las localidades en un mundo cada vez más globalizado. La historia del surgimiento de estos colectivos hace confluir elementos de diversa naturaleza, entrecruzando una serie de hechos macro y micro sociales relativos a los últimos cincuenta años del siglo XX en Brasil. Desde las migraciones internas (iniciadas en la década de 50), hasta las migraciones internacionales (iniciadas en la década de 80). Desde la construcción social de la capoeira como icono nacional brasileño, hasta las diferencias identitarias, sociales y económicas entre las regiones nacionales. Desde la frontera entre ricos y pobres marcada en el trazado urbano de Río de Janeiro, hasta la generación de ¿hermandades de capoeiristas¿ que construyen identidades comunitarias resistentes (y acomodadas) a la acción del tiempo. Los agrupamientos de capoeira son instituciones que simultáneamente reafirman y desafían una parte importante de los discursos sobre la historia reciente de Brasil. Esta ambigua posición entre la subversión y la creatividad social es una de las principales virtudes de estos colectivos y uno de los elementos que constituyen su capacidad de expansión y adaptación territorial.

      Nuestra tesis aborda justamente esta complejidad de factores que permitieron la existencia de una capoeira global, construida a partir de un conjunto de relaciones sui generis con los espacios locales. Para comprender esta complejidad, dividimos el texto en tres partes, cada una de las cuales compuesta por tres capítulos y por una breve introducción que denominamos ¿entreacto¿.

      La primera parte de la tesis corresponde a una introducción descriptiva, epistemológica y metodológica a la obra. En el Entreacto I, situamos las preguntas de investigación, definimos el objeto de estudio y las hipótesis en las que nos respaldamos, explicitando por ende la forma como conceptualizamos las dimensiones abarcadas por la investigación. En el capítulo I, ofrecemos un panorama general de la capoeiragem en Madrid en el que también articulamos una especie de cartografía de la presencia y del flujo de los colectivos estudiados en España y en Europa. El capítulo II discute los supuestos epistemológicos que constituyen la base de nuestra etnografía, mientras el capítulo III explicita cómo convertimos estos supuestos en una metodología de investigación multisituada.

      En la segunda parte de la obra reconstruimos el sentido histórico, simbólico y social que subyace al proceso de surgimiento de la capoeira en Brasil, y a su expansión a nivel global. El Entreacto II aborda como el proceso ritual de la roda de capoeira encierra metafórica, metonímica y alegóricamente una moraleja de apropiación espacial-corporal de la memoria. El capítulo IV presenta una revisión historiográfica que sitúa el proceso de construcción social de la capoeira en Brasil, situando también la construcción de una identidad nacional mestiza en el marco del paradigma étnico-nacional brasileño. Los capítulos V y VI se desplazan de la revisión historiográfica hacia la historia de vida de dos capoeiristas, ilustrando a partir de sus narraciones la generación de un modelo macro-grupal de organización de la capoeira en los años de dictadura militar brasileña.

      La tercera parte de la obra está dedicada a la expansión internacional de la capoeira a Madrid triplemente explicitada a partir de una descripción de la implementación de las actividades de enseñanza de los agrupamientos brasileños (capítulo VII); a partir de la dimensión migratoria de dicha expansión (capítulo VIII), y a partir del contenido simbólico que da coherencia a las relaciones sociales entabladas intra y extra-grupalmente por los capoeiristas (capítulo IX). El Entreacto III supone la parte final de la tesis, reconstruyendo la lógica simbólica que confiere una dimensión mágica a la experiencia de la capoeira, dándonos las claves con las que entender las alianzas, conflictos e intercambios que los colectivos de capoeiristas operan en su vida cotidiana.


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