Sara Elizabeth Gómez Velázquez
Ésta es una investigación atravesada de la práctica artística y va acompañada por enunciados coreográficos (vídeos, performances y registros de obra).
Hallar un punto de encuentro entre coreografía y política es el propósito primordial de la tesis. De acuerdo con este objetivo, habría que reconocer semejanza entre los procesos que las constituyen, similitud que no obviara la dimensión simbólica de la primera, ni la social de la segunda. El camino hacia allí inicia con dos caracterizaciones: la de la coreografía, para subrayar lo que parece compartir con la política; y la de aquello que es necesario para que ocurra la política.
Propongo a la coreografía como escritura compuesta por signos-gesto (gestos y objetos puestos en relación durante el suceder performativo), que produce significados comunicables que se abren a la interpretación y a la multiplicidad de sentidos derivados. Por otra parte, retomo del pensamiento de Jacques Rancière que la política ocurre cuando se nombra un desacuerdo; cuando éste se hace evidente al darle un nombre, se vuelve materia sensible que da lugar al litigio.
Coreografía y política se asemejan en su dependencia de la producción de soporte material o sensible para lo que quieren nombrar. Eso no significa que son idénticas, sino señala que la coreografía podría coincidir con la política en la búsqueda del nombre que hace falta para pronunciar el desacuerdo. La manera en que lo hace es análoga a la que opera en la palabra poética, literaria: estructurando enunciados gestuales que portan significados imaginados.
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