Una transformación en la movilidad terrestre es previsible durante los próximos años. El conductor, causante de la mayoría de los accidentes actualmente, dejará de ser imprescindible para el funcionamiento de un vehículo a motor. Los vehículos autónomos prescindirán de esta figura. En este trabajo planteo los retos jurídicos que derivan de la introducción de este tipo de vehículos en el mercado. En concreto, la necesidad de adaptar la ley vigente española en materia de responsabilidad civil y seguro que identifica al conductor como principal responsable de los accidentes de circulación. Analizo también los retos jurídicos que la comercialización de este tipo de vehículos plantea en relación con la aplicación de la Directiva sobre responsabilidad del fabricante por producto defectuoso, dado que se prevé que el defecto del vehículo como causa de los accidentes de circulación aumente en proporción a la totalidad de accidentes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados