La noción de verdad práctica, una de las más interesantes de la ética aristotélica, ha sido redescubierta en las últimas décadas, sobre todo a partir del movimiento de rehabilitación de la filosofía práctica en Alemania y de la renovación del interés por el razonamiento práctico en los autores de lengua inglesa. Paralelamente, ha crecido la preocupación por entender cómo dicha noción aparece en las obras de Santo Tomás de Aquino —no solo en su Comentario a la Ética de Aristóteles sino también en todo el Corpus Thomisticum— y cómo se integra en su síntesis filosófica, donde concurren otros aportes del pensamiento medieval.
Esta clase especial de verdad, propia del entendimiento práctico, trasciende en cierto modo la definición usual de adaequatio rei et intellectus, puesto que tanto el Estagirita como el Aquinate la conciben como una suerte de adecuación del intelecto y del deseo con vistas a una buena acción. Santo Tomás, al recoger la noción de verdad práctica propuesta en la Ética a Nicómaco, no solo la concibe formalmente como conformitas ad appetitum rectum, sino que además ubica dicha conformidad en el actuar de la prudencia, en cuanto hábito intelectual estrechamente vinculado a la virtud moral, donde confluyen lo verdadero y lo bueno.
El objetivo de esta tesis es analizar la recepción de la noción aristotélica de verdad práctica en el pensamiento de Santo Tomás, destacando en esa recepción dos aspectos principales: el primero es el de la continuidad entre los dos autores con respecto a la comprensión que tienen de la verdad práctica, en el sentido de que se preservan los elementos esenciales que caracterizan esta clase peculiar de verdad; y el segundo, el de un desarrollo importante de esa noción en el pensamiento del Aquinate, quien no solo aclara los elementos obscuros o incipientes de la exposición del Estagirita, sino que introduce en su reflexión los aportes de la filosofía medieval y asimismo de la teología moral.
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