Saúl Steinberg es una de las figuras más inquietantes del arte contemporáneo del siglo XX y, en palabras de su amigo el escritor, educador, filósofo y crítico de arte estadounidense Harold Rosenberg; “…Saul Steinberg es un pionero de los géneros, un artista al que no se puede encasillar en una categoría. Es un escritor de cuadros, un arquitecto de la palabra y de los sonidos, un dibujante de reflexiones filosóficas. Maestro de la pluma y de la caligrafía, su línea, deliciosa desde el punto de vista estético, es también la línea de un fantaseador que formula adivinanzas y chistes sobre las apariencias…” (Rosenberg, 1978) En definitiva, Steinberg es uno de los artistas más innovadores del siglo XX, que revolucionó el mundo de la ilustración, convirtiéndose en referente indiscutible de la narración gráfica moderna.
Este dibujante y arquitecto nació en 1914 en Râmnicu Sărat (Rumania). En 1933 se traslada a Italia para matricularse en la Facultad de Arquitectura del Real Politécnico de Milán, donde se doctora como arquitecto en 1940. En estos años comienza a publicar sus dibujos en revistas como Bertoldo o Settebello.
A causa de las leyes antisemitas de la Italia Fascista, en 1941 Saúl Steinberg emigra a los Estados Unidos de América, país en el que fijará su residencia definitiva. En 1942, la revista The New Yorker comienza a publicar sus dibujos, iniciándose una estrecha colaboración que se prolongará hasta el final de la vida del artista en 1999.
Viajero incansable, trazó con su propia vida una crónica existencial, testimonio singular del convulso tiempo que le tocó vivir. En su viaje vital nunca dejó de dibujar lo que observó, tanto a los seres humanos, como los lugares y arquitecturas por donde transitó. Fue un ciudadano del mundo, un dibujante de viajes y experiencias que, con la excusa de su propia biografía, nos legó una crónica gráfica incisiva y brillante del siglo XX.
En los dibujos de Saul Steinberg, el protagonista es el ser humano y sus hábitats. Sus personajes, reales o imaginarios son presentados en múltiples formas, desde figuras humanas arquetípicas e intercambiables, a modo de máscaras de identidad disponibles en un gran mercado, hasta arquitecturas fantásticas, pasando por objetos cotidianos elevados a la categoría de iconos modernos o las singularidades de los paisajes americanos.
Con, su personal lenguaje gráfico, influenciado por su formación de arquitecto, narra acontecimientos, dibuja reflexiones y proyecta pensamientos; construyendo mapas maravillosos y utópicos, donde el tiempo o la distancia son meros personajes de una trama en continuo movimiento e interacción.
Reflexiona sobre mitos antiguos o contemporáneos y, en algunos momentos, sus dibujos se alinean con los pensamientos de Albert Camus y sus interesantes reflexiones en su ensayo sobre la figura de Sísifo y su existencialismo latente, cuando escribe: “… Veo a ese hombre bajar con pasos pesados aunque regulares hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esa hora que es como un respiro y que se repite con tanta seguridad como su desgracia, esa hora es la de la conciencia. En cada uno de esos instantes, cuando abandona las cimas y se hunde poco a poco hacia las guaridas de los dioses, Sísifo es superior a su destino. Es más fuerte que su roca. …” (Camus, 1981) Steinberg retoma la escena del castigo de Sísifo y nos muestra su visión irónica y mordad, dibujando, un gran bólido redondo, que en contra de la ley de la gravedad, persigue al hombre colina arriba obligándole al ascenso desenfrenado en busca de la cima, o en busca, quizá, del momento deseado del descenso de la colina… Este dibujo es uno de los muchos ejemplos de la sutileza narrativa con la que nos deleita Saul Steinberg, lo que podríamos denominar el “Toque Steinberg”, un sencillo juego con el orden lógico de las cosas capaz de trastocar la conciencia y obligar a la reflexión.
Steinberg no utilizó la ilustración y el dibujo como un objetivo en sí mismo, y, su grafismo es más bien un medio que utilizó para contar sus ideas. Un medio de expresión que, de alguna manera, le persiguió durante toda su vida profesional, como le perseguían los editores para que entregara las obras comprometidas. Steinberg fue un pensador de su tiempo que se expresó a través de las artes que él dominaba y en las que se había formado.
Su origen y el lugar donde creció, rodeado de artesanos y materiales comunes en la imprenta de su padre, así como su posterior formación de arquitecto, materializaron alguna de las más importantes claves de su arte y, de alguna manera, formalizaron el método Steinberg que se fue consolidando a lo largo de toda su vida artística, pensando, elaborando y dibujando su personal “…búsqueda del tiempo perdido…”, (haciendo un símil con Proust).
En este contexto, esta tesis analiza la vida del artista y reflexiona sobre su obra. He utilizado para ello material biográfico, entrevistas, crónicas y ensayos, además de una amplia revisión de sus publicaciones gráficas. Para centrar el objeto de esta investigación, se han seleccionado algunos de los dibujos más representativos en los que Steinberg nos presenta, con visión irónica y sagaz, las ciudades americanas y sus habitantes. Dibujos que tienen como protagonista a la gran metrópoli, sus arquitecturas, sus singulares laberintos y los seres atrapados en esos espacios urbanos.
La vida y la obra de Saul Steinberg nos enseña a mirar y dibujar más allá de lo evidente, de lo formalmente aceptado. Esta tesis ha sido una reflexión gráfica personal sobre los espacios arquitectónicos del autor, su representación, sus límites, intersecciones y versatilidad semántica. Nadie como él ha llevado la ilustración periodística, divulgativa, las viñetas arquitectónicas, a un rango tan analítico e incisivo capaz de radiografiar, en sencillos trazos, a la sociedad occidental, especialmente a la sociedad americana de la segunda mitad del siglo XX. Steinberg es ya un referente universal en la ilustración, en la narrativa gráfica, pero en esta tesis he pretendido analizar, desde la mirada de un arquitecto. Esos espacios imposibles que él sabía crear con la misma honestidad y verdad que marcan toda su obra.
En palabras de Saul Steinberg “…No se dibuja bien si se miente. …” Steinberg rompe los patrones que atrapan la realidad, la descontextualiza, la lleva a la frontera de lo fantástico y allí trabaja creando su universo personal de realidades paralelas. De este universo, tan singular, salen las bases que intenta investigar esta tesis.
Intentar habitar los mundos de Saul Steinberg ha sido un arduo trabajo, y, como en los viajes de un pionero, el camino ha estado cargado de esfuerzo, dolor, incertidumbres, arrepentimientos, entusiasmo y, finalmente, grandes satisfacciones. Al cerrar este trabajo cierro por una parte un tiempo personal, pero también espero abrir nuevas oportunidades de aprendizaje, aportando mi granito de arena a la divulgación de la obra de este gran creador de lenguajes.
Y por último, es el momento de reconocer y agradecer lo aprendido.
Honor y respeto, al Maestro Steinberg.
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