Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) tienen un papel fundamental en la vida diaria de millones de personas en todo el planeta; su uso y aplicación como soporte social, educativo, laboral, entre otros, nos permite indicar la incuestionable primacía de la convergencia de éstas en el comportamiento del ser humano, tanto en el presente como en el futuro de las sociedades. Ordenadores, teléfonos inteligentes (Smartphones), televisores, transistores, tabletas, libros digitales, etc., se encuentran entre nosotros y su uso es abundante, debido a que la mayoría se encuentra conectada a la revolución tecnológica llamada internet; como podemos observar en el estudio general de medios (AIMC, 2021) el 87% de la población es usuaria diaria de internet, siendo la mayoría mujeres (50,5%), y además, un 95,2% accede a la red a través del smartphone, un 54,9% desde el ordenador portátil, y un 55,1% desde la Smart TV, respectivamente. En la actualidad, el uso de artefactos que funcionan como medio a través de los cuales realizamos distintas acciones informativas y comunicativas, y que, además, conservan y mantienen toda la información volcada dentro de sus sistemas, nos permite visualizar que aún queda mucho por observar en cuanto a esta revolución tecnológica. Por otro lado, la forma de comunicarnos, como especie social, ha ido modificándose desde el inicio de los tiempos; en forma resumida, se podría decir que la manera de hacerlo era inicialmente de forma oral y/o escrita, por lo que, si hablamos de comunicación oral, era necesaria la presencia de la otra persona para que dicho intercambio fuera eficaz. Por su parte, la forma escrita otorga la posibilidad de comunicación sin la presencia del interlocutor en un mismo tiempo y espacio. Teniendo como base estos estilos de transmisión de ideas, internet y las TICS permiten al ser humano eliminar las leyes del espacio y el tiempo para comunicarse, lo que supone un salto evolutivo comunicacional. Ejemplos de esto lo vemos en las videollamadas, donde las personas no tan sólo se escuchan a través de un artefacto, sino que también pueden observarse entre sí, aun estando a kilómetros de distancia, con distintos horarios y en momentos distintos del día.
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